Mira tú por donde, ayer tocaba una de esas historias de protestas por a saber qué, y para ello apagan las luces de todo el complejo y lo llenan de velas. Como protesta a mi no me jodas, eso no va a ningún lado, ahora si, chuli queda que no veas.

[Esto de lo que no se ve un pijo es el escenario de tan magno evento]
Pues en ese lapso habían decidido que iba a haber un conciertillo de música africana. ¿Quién lo decidió? a saber ¿Por qué música africana? ni puta idea ¿Quién iba a tocar esa música africana? pues alguien tocará ostias, tanto rasta tanto rasta que hay por ahi... pues música africana, ostia, música comprometida con... el... compromiso.
Así que ya le ves al profe chino como loco buscando gente para tocar, y todo el mundo ha debido echarse para atrás, putos gallinas, menos un italiano y yo (ole nuestra inconsciencia). ¿Para donde va Alex? Pues al Sang Bang por supuesto. Decir que el Sang Bang es a la música africana lo que los tenores segundos al coro de hombres, o sea, un puto rellenahuecos, necesario, si, desagradecido, todo, peligroso, todo y más... pero como el chino es muy listo ha pensao él, le pongo a este, que ya le enseñé los ritmos ayer, y así dejo el hueco cubierto.
Mi postura, vamos con otro ejemplo que hoy estoy que lo tiro, es como si me gusta el fútbol, mucho, pero jugarlo, y llevo tres meses sin jugar, con un mono de la leche, se monta un partidito y por causas de la vida te tienes que poner de portero... pues puta mierda, ¿marca goles? no, es a él a quien se los marcan, lo más que puede hacer es evitarlo lo máximo posible... papelón.
Pues eso, Sang Bang del Soli y del Kuku, que son, con diferencia, los ritmos binario y ternario que más veces he tocado en mi vida... al djembe. Pues nada, el italiano y un par de desgarramantas que vieneron más tarde haciendo el gamba, el chino pasando de ellos como de la mierda haciendo sus solos, de puta madre, que ya está el Alex para pastorearme a estos.
Pues eso, lo que pintaba de la ostia, una puta mierda.
Cuando acaba el cagarro ese que hacemos viene a disculparse... ah, si, por cierto, viene a disculparse porque los tambores que tocaba yo, Sang Bang y Kenkeni, con una campanita arriba, estaban puestos sobre un banco (son tambores cilíndricos, ruedan) y la mitad del tiempo recogiendo la campanita de los cojones o los tambores que literalmente se caían rodando por es suelo, como roqueros locos tirándose al público, ahí, al baño de masas. Me dice que mañana (hoy) van a venir unos tíos buenos, pero buenos buenos a tocar, y que merece mucho la pena que vaya. Cojonudo, más chulo que lo de hoy seguro que es.
Llegan las tres (por cierto, justo al final de la clase de didjeridoo, pero ahí no hay historieta) y aquí no viene ni el pipas, así que me voy a la tienda de campaña donde vive el chino, pero vive, que el tío hoy nos ha enseñado matas de tomates, pepinos y unas hojas de espinaca como hojas de parra, me he ido allá y le he preguntado por los maestros. Uno de ellos lo tenía ahí sentado, charlando con él, un tipo muy muy majo, serio en su actitud y serio y preciso tocando, con aplomo, como me gusta. Hablamos un poco de unos tambores que se ha hecho el tipo y nos ponemos manos a la obra.
El tipo tocaba con tres tambores en vertical, de la anchura de los africanos tradicionales, (dumdum, sang bang y kenkeni) pero mucho más cortitos, una cosa bastante rara, y la que era la novia tocaba algo más normal, medidas normales pero con cuerpo metálico... apaño típico cuando uno está aprendiendo y no tiene pasta para uno de verdad... luego se quedan rondando por casa hasta que un día sabes que va a haber mucha gente y lo llevas para asegurarte de que haya tampores para todos. La tipa tocaba muy bien, se ve que tenían más callo los cabrones que la ostia, se tenían las cositas ensayaditas, chulis chulis.
Nos ponemos a tocar, pero a tocar como Dios manda, con las llamadas originales, los cortes donde tienen que ir, y cada uno a su ritmo, sin expontáneos que busquen su minuto de gloria... ahí, serio ostias, que no hemos venido a divertirnos, hemos venido a entrar en comunión.
Muy bien, dos ritmos preciosos de los que por supuesto ya no me acuerdo de nada (Dios!!! puta mierda). A lo que llega un señor, un tipo de unos cincuenta, de un atractivo y presencia indiscutibles, pantaloncicos cortos, un churumbel rubio como las candelas tocando los cojones a los lagartos y el djembe más normalico del mundo, con un parche y todo.
Quién será el vieja gloria este, a ver si no molesta demasiado... hablando con el chino y la pareja dicen algo de las clases... uy, así que es uno de los profes... pues nada valoración errónea, le damos al reset y listo.
Claramente aquello no era tocar para tocar, era una clase. Más tarde me enteré que ese era el tío que venía a dar una clase a los profesores de Byron Bay, de los cuales sólo habían podido venir la pareja y el chino (porque vive aquí) el resto no han podido, y es que hoy ha caído una de cojones, que cuando llueve lo hace en serio.
Comenzamos con una llamada super jodida, larga larga, con veinte mil contestaciones, todas distintas... lo que se me da bien a mí, vamos, memoria pez. Pero bueno, salvamos dignamente y llegamos al ritmo... precioso, precioso, riquísimo, complejísmo y muy muy bonito. Uno de los tipos de mi cuarto que había estado escuchando me dijo lo mismo cuando hablé con él después de la clase, exactamente lo mismo. Tocamos durante un cuarto de hora, en el que el fulano nos va moviendo por toda la canción enseñándonos más cortes, variaciones... y todo ello con una fluidez acojonante. Muy bonito.
Tomadas las medidas del asunto nos ponemos todos serios y pasamos a otro ritmo. Un ritmo tan contundente que por ello mismo jamás se le ocurriría a uno, una contundencia muy obvia, tambor a tambor, pero en conjunto con una melodía tan bonita, alegre, movida, ostias no se qué más adjetivos colgarle... que sonaba precioso... ahora, eso sí, ni se te ocurra cagarla en tu granito de arena porque se cae el castillo.
Bueno bueno, entusiasmao yo, con la sonrisa de profident puesta, que me da la vuelta a la cabeza e intentando buscar en el móvil algo donde poder grabar lo siguiente.
Siguiente ritmo es un viejo conocido, así que me sirve de descanso, aunque luego aparecen unas variaciones que no conocia, pero a gusto.
Luego tocamos un par de cosas de los maestros "menores" la pareja, por supuesto, algo donde los dunes (los tambores que tocan ellos) tienen todo un espectáculo de luz y de color), pero muy bonito, todo hay que decirlo; y un par de cosas del chino, bastante complicadillas pero muy ricas, donde el cabrón se explaya con unos solos preciosos, sin volumen excesivo en plan negro to caliente pero con mucho gusto y haciéndole mil guarrerías al ritmo, marrano, el sexo con caña de la percu nos ha mostrado el tipo. Por supuesto, chulísimo.
Finalmente el maestrísimo nos enseña un último ritmo también muy alegre, así como picantito... movido.
Y eso chico, que me he quedado a gusto no, lo siguiente. Pero parece que el tiempo de la clase había terminado y cada uno a su casa... y aquí me he quedado yo en el hostel, todo calentito y sin saber qué hacer, dándo vueltas como una mona, que encima está lloviendo. Así que lo cuento y me desahogo un poco.
Ubicación:Cavvanbah St,Byron Bay,Australia
No hay comentarios:
Publicar un comentario