23 octubre 2006

Comparto mi silencio

Volvía a casa después de echar unas cervecitas con dos amigos y me he visto tranquilo, relajado, feliz y en silencio. Quisiera poder compartir este momento de paz con quien lo quiera tener, pero no sé muy bien cómo hacerlo con palabras.
La noche es cálida y las luces de portales y farolas dispersas convierten el barrio en una extensión de mi territorio, ya es parte de mi casa que se ha expandido y ocupa callejones y edificios de tal modo que podría recostarme y dormir en una esquina sabiendo que estoy a salvo, que mi zona y yo somos mi familia y que están dispuestos a darme su calor.
Lugares antaño desconocidos ahora me reconfortan y me hacen sentir parte de algo; un muro de cemento tocado por hiedras que cubren parcialmente pintadas se me hacen tan familiares como mi propia cama.
Me detengo a respirar el aire cargado de ozono después de la lluvia, sintiendo la brisa en mi cara, el sudor en mi frente y la vida dentro de mí.
Me hubiese gustado estar con un amigo para compartir este momento, mirar al cielo dejandonos acariciar por las pequeñas y cálidas gotas de lluvia. No había nadie pero no me he sentido sólo, mi ciudad me abrazaba. Siempre he dicho que no me siento de ningún lado, nunca he tenido sentido del patriotismo, pero hoy he notado cómo esta ciudad ha dado el primer paso para convertirnos en grandes compañeros, seguramente ya lo había hecho antes, mil y una veces, pero yo estaba ocupado o haciéndome el ocupado.
Mi apacible soledad la comparto con quien la quiera.
¿Cómo os trata vuestra ciudad? ¿Cómo os trata vuestra soledad?

No hay comentarios: