Gente, contragritos y ¡Viva Poe!

Y qué gente, cada uno de su padre y de su madre; supongo que si el festival fuese mayor habría al menos un par de individuos de cada especie y así, arropados por el anonimato de la multitud nuestras personalidades se diluirían en una macedonia. Pero no es así, te jodes, no ves dos iguales, si quieres vender tu moto échale huevos porque vas a estar sólo.
¿Qué es lo bonito de esto? Uno de los pocos sitios donde los individuos son reconocidos como tales por sus méritos y miserias; esto es: acabas distinguiendo a la mayoría de los asiduos y ellos a ti:

-Mira, “el Poser”.
-Qué pringao.
-Ya es feo de cojones el cabrón y encima se decora.
-¿No tendrá familia que le quiera?
-¿Y con quien está?¿No es ese spider?
-No, es el hombre misterio
-¿Jodó que gordo está no?
-Pues no has visto a Mamá, si ya daba miedo el año pasado…

Tengo que decir que en este aspecto hay una notable excepción: la de nuestros queridos y antiquísimos jevis: hermosa raza que un día dominó el universo conocido, pero hoy por hoy sus impecables ideales no tienen cabida, cual mosqueteros sin nadie a quien defender poco a poco desaparecen de nuestras calles: muchos, negándose a extinguirse han preferido metamorfosearse en frikis, creando compactos grupos de seres en distintas fases del proceso y homogeneizando discrepancias con un siempre bienvenido aroma a alcohol.

Así puedes ver uniformes de batalla formados por: pantalones ajustados, botazas, chupa cuero y camiseta verde con la seta de la vida extra de Mario Bross (Besos Fat).

En todo caso, y de forma exclusiva en este festival sucede una cosa muy curiosa, y es que empiezas a reconocer voces sin rostro, me explico:

En el festival se grita a la pantalla, es algo que a los profesionales extranjeros les llama la atención pero agradecen mucho, dicen que es el festival de cine fantástico más sincero, y es que la pantalla es un foro abierto donde comentamos nuestras inquietudes, es así, así ha sido siempre y el día que se pierda se extinguirá el festival (o se convertirá en algo ñoño como Sitges).

Existen grandes agitadores de masas, personas de gran carisma muy apreciados por el resto del público, y es que es todo un arte el conseguir que en medio de una peli (o corto si eres muy profesional) encontrar el momento exacto; aquí cada uno tiene su arte: puede ser un bajón del hilo argumental, ida de olla, estado de máxima tensión o el siempre recurrido encuentro sexual; y en el momento elegido pegar un buen grito cuidando entonación, proyección de la voz, coherencia, gracia… un sinfín de elementos que, superados hábilmente, provocarán risas en el público, insultos de alguna fémina si el comentario es machista (que provocan más risas en el público, y cuanto más se ofenda la ofendida mejor), o, si eres realmente bueno, el aplauso general que te eleva por encima de la propia película, subes de estatus, tu voz es reconocida y tu siguiente gracia más reida. Sin trampa ni cartón señora, participe y muestre al mundo su talento sin igual.

Todos los años hay una frase que pasa a la historia, es como nuestra canción del verano, algo gracioso extrapolable a cualquier situación.

Creo que fue mi primer año cuando escuché una que aún perdura: Imaginaos dos seres, en principio "hombre y mujer de mediana edad", y desde el fondo de las cloacas surge una voz, un rugido que escupe:

-¡¡Métele el pito!!!.

Glorioso, simple, claro, con cierta belleza fonética y aplicable a cualquier instante en que la película se vuelva un poco sosa (o no). Uno de los momentos más grandes de este grito fué cuando alguna mente enferma decidió escupirlo en un momento en que en la película un hombre se emocionaba al recuperar la butaca de la casa en la que se crió, el inocente deja caer una lágrima por su mejilla mientras acaricia cariñosamente el cuero y... "¡MÉTELE EL PITO!"

También son frecuentes otros gritos exclusivistas, referencias a obras de culto, o chanzas de otras ediciones del festival, estos son lanzados principalmente por bastardos que quieren mostrar al mundo su nivel de frikeza, por supuesto varias risas de pringaos que quieren hacer notar que lo han entendido… y aquí viene otro clásico: El contragrito.

El contragrito es una clara muestra del grado de evolución y seriedad en la que se halla el festival, esto es: "haz coñas si quieres, pero como sea una chorrada o tú un soso prepárate hermoso porque vas a cagar patatillas".

El desarrollar un contragrito a un “soy friki porque yo lo valgo” es muy sencillo, cualquiera puede hacerlo, es más, no se suele limitar a un contragrito sino a una réplica inicial, seguido de varias dolorosas punzadas, paso a las grandes sobradas, unión del pueblo (una canción infantil empujando versos como –“Te vamos a matar, te vamos a matar”…) y aplauso general.

En este caso concreto no es necesario desplegar todo nuestro ingenio, con poner en una misma frase cosas como “tu madre”, “Poquemon” y alguna parafilia el resto va rodado.

Frases hay muchas y la mayoría atemporales, esto es por lo repetitivo de ciertos giros en las pelis de terror, imaginaos por ejemplo a la chica perseguida por el hombre con el cuchillo en el hall de su casa, mira a derecha e izquiera y…

-¡No salgas de la casa que te puedes resfriar, métete en el sótano que ahí estarás segura.!

Acto seguido, y como es de esperar, la chica se mete en el sótano y todos rompemos a aplaudir y aullar.

Me da un poco de pena sacar estas frases de contexto para mostrároslas aquí, pero no me puedo resistir a contar una última, sobre todo por la repercusión que tuvo y porque muestra bastante bien el espíritu del festival.

Hace cosa de 4 o 5 años el amigo Tinieblas González presentó un corto, un pedazo de mierda que consistía en mancillar con efectos de luces y ruiditos chiaun chiaun el cuento de Poe “El cuervo”; al rato de empezar el truño en cuestión y rompiendo un silencio absoluto en el que se podía adivinar lo que todos pensábamos “Vaya cagarro, hay que ser capullo”, a mi vera oigo un alarido, un grito de guerra, un alma inconformista y dolorida por el maltrato que estaba sufriendo un clásico de los que merece serlo, pero mostrando esperanza, dándonos a entender que todos estamos unidos ante el bodrio que tenemos delante, ya son muchos años y muchas experiencias para que nos vengan con un pueril ejercicio de colorines; sí amigos, que el mundo sepa que nuestro listón es el más exigente y que no nos importa crucificar a quien se lo merezca, aunque sea nuestra propia madre. Como de la nada surge el universo tras una descomunal explosión, del silencio surge la vida tras el grito:

-¡Viva Poe!

Viva Poe, vi-va Po-e, cuatro sílabas de una grandeza sin igual un haiku devastador. El jevi-friki de mi derecha y querido amigo conocido como Che o Arafat grita Viva Poe, todo un homenaje nacido del nuevo submundo de la cultura, si la madre de Poe levantase la cabeza ahora es cuando empezaría a estar orgullosa de su hijo.

La frase va dejando huella en el personal, de modo que empiezan a aparecer pegatinas de “Viva Poe”, se grita a diestro y siniestro en distintos momentos; en algunos casos justo antes de empezar una película, en ese pequeño intervalo de pantalla en negro, justo el suficiente para un par de, llega a convertirse en un ejercicio de calentamiento de voces y de ánimos, una buena retahila de "Viva Poe" mientras te frotas las manos y venga peli, a ver mi me acojonas bien:

El fenómeno se extiende y atraviesa fronteras, no sé que sucede al otro lado de ellas, pero en este lado, y en la siguiente edición del festival, nace un nuevo fancine que se presenta a concurso… ¿Adivináis el nombre?, en la presentación de éste se regalan camisetas y demás artículos con el perfil de Edgar Allan Poe.

Como veis el festival es un ente casi autosuficiente que, sólo con proporcionarle una buena cantidad de Terror, genera sus propios ídolos, héroes y antihéroes, personajes que hacen historia y se pegan batacazos… ¿Alguien ha dicho batacazos? Hablemos de más gente:

Hace cosa de tres años aparece un chaval bastante joven por el festival, por la pedazo castaña que lleva y el grupo de gente que pulula a su alrededor nos damos cuenta de que es alguien, o va a ser alguien… o es alguien que va a hacer algo… en cualquier caso, interesante.

Resulta que el zagal se sube al escenario con su señor cubata en la mano a presentar su película ”Karate a muerte en Torremolinos”, y es que era ni más ni menos que el bueno de "Pedro Tembury". Entre balanceos de borracho y gracietas que no conseguíamos entender dado su estado… bueno, y el nuestro; el hombre presenta al malo maloso de su peli: ¡¡Jocántaro!!

Allí se sube al escenario un fulano con un traje de espuma… un híbrido entre calamar y botijo con una castaña aún mayor que su creador. El “eso” en cuestión monta su número gritando al público:

-Sois unos mierdaaaaas, os voy a matar cabroneeeeees.
-Uuuuuu, gilipollaaaaas, cara…(a ver con qué coño insultas a un botijo-calamar)… gilipollaaaas.

En esto el bueno de Jocántaro en pleno baile satánico desaparece del escenario, y es que por uno de los laterales había un escalón de más de metro y medio; se cae y se queda tieso.

-¡Jocántaro a muerto!, ¡se ha desnucado!... Bieeeeeeennnnnn
-Muérete Jocántaro, muérete jocántaro. (Y esto lo grita el propio Pedro Tembury mientras derrama cubata por todo el escenario).

Al rato levantan y suben al escenario a un Jocántaro un poco perjudicado, se da un amoroso abrazo con su creador que aún se ríe y lo llevan sujetado de los tentáculos al bar.

Ya iré hablando de más gente y más personajes, que los hay para dar y tomar, ademas me estoy dando cuenta que estoy dando mas saltos que un drudgeon así que por hoy vamos a dejarlo niños, mañana os contaré mas cosas interesantes, como cuando conocí a Lloyd Kaufman (el creador de la brutal “Troma”) o como cuando me subí al escenario para mostrar el pito al público.