Estás un poco hasta los cojones de currar, necesitas un paseíto bajo cualquier excusa ya que corres serio peligro de fallecer de aburrimiento (estoy empezando a creer que es posible) así que si eres un vicioso fumador no tienes más que salir a echarte un cigarrito y volver con aire fresco, pero… ¿Y los que no fumamos? ¿Qué cojones de cigarro te echas? Tras plantearme seriamente el hacerme fumador para poder gozar de esos momentitos de sosiego he llegado a una solución mejor ya que no es cuestión el sumar más vicios perniciosos a mi ya extensa lista.
Arrebuscando en lo profundo de mi ser he encontrado mi vicio idóneo: el señor pajote, un desahogo mucho mayor que el tabaco y además no molesta a nadie, no deja mal olor… aunque si con mala suerte ocurriese… mejor lo dejo y suponemos que no deja olor, ejercita cuerpo y alma y ayuda a mantener en forma la próstata, todo ventajas señora!
-Oye, que me bajo a la calle a echarme una manola, ¿Te vienes?
-Acabo de bajar… dame dos minutos y te acompaño.
Así que a partir de hoy dejad de envidiar a los fumadores (malditos suertudos) y reivindicad vuestro ratito de gloria, seguro que os volvéis más productivos además de fomentar las buenas relaciones laborales.
Así que como decía el asqueroso ese:
“Venga, ¿Unas pajillas?”
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