21 marzo 2009

La vez que peor me han ligado

Los tíos seremos muy cutres, pero como eso ya se presupone pues no te llevas mucho susto, ahora bien, cuando una tipa es cutre, pero cutre cutre, pasamos a esa zona que unos llaman morbo en la que te regocijas con las miserias ajenas, y encima con el gustazo que da el poder decir "yo no he hecho nada, lo juro, sólo mirar".

Esta historia la enmarcamos en el mismo verano que aquella otra, un veranito agradable y feliz.

Solía ir a patinar a Samil, una zona en la playa al pie de la arena donde hay unas pistas y un half pipe, piscinas, restaurantes, merenderos... todo muy cuco.



Pues, para que nos vamos a engañar, lo que también había era mucho mamoneo. Los chavales, las chavalas, las hormonas, a ver si pillo... como diría aquella: "Tengo el coño que echa chispa". Con el paso de los días ya te conocías a los habituales, la verdad es que allí pasamos grandísimos momentos, quizá en otro post. Pues eso que hacías tú de fichar a una y otra que esta buenilla a ver si hoy estamos un rato, parece ser que ellas, míralas qué perracas, pues también lo hacían; y yo tenía una admiradora muy poco sutil que llevaba unos días rondándome.

Finalmente después de largo tiempo remató su intrincada estrategia, se armó de valor y se tiró al ruedo con la intención de tirarse al rubio (mira tú, más tarde me enteré que así me llamaban, nadie lo diría hoy viéndome las tetillas).


La estrategia de la señorita era la siguiente:

Se viene para mí, directa como un tiro solicitando mi atención al grito de "Perdona, perdonaaaaa". Yo con los patines puestos (que ni pa cagar me los quitaba... literalmente hablando) hago una chirivuelta y me acerco a la indivídua.
La carta de presentación era una cara llena de lágrimas y mocos que colgaban, ojos rojos, respiración entrecortada tipo... Bull dog, etc. pack completo. La tipa, así sin respirar y sin un triste "hola" me suelta que no-sé-qué le ha pasado, algo de que le ha dejado el novio por eso no tiene forma de volver a casa y a ver si le puedo dejar cinco duros pa llamar a su madre pa que la venga a buscar. Yo creo que si hay algún libro de "cómo intentar dar pena a un hombre en quince segundos" la mujer se lo leyó... pero sin prestar mucha atención vamos.
He de decir que hasta ese momento yo aún la tenía en el grupo de "y por qué no?" ese grupo que a poco que te tomes un par de cubatas, o sólo uno... o con que no pongan nada en la tele vale para un encuentro sexi.



Tenía un tipo bonito, y fea no diría que era, guapa no, eso segurísimo, ni yo ni nadie que no coma directamente del suelo, pero muy muy feota tampoco. Lo que quedó claro es que con esas artes acababa de enterrar sus posibilidades.
De todos modos yo soy un tipo majo donde los haya, y si hay algo que se me da bien es aprovechar cualquier situación para tocar los cojones a quien esté desprevenido. Así que después del discurso de la tipa pego un alarido:

-Oswaaaaaaald!!!! oye, llevas cinco duros encima?
-Sí.
-Pues dáselos a esta chicaaaaa.
-Vale.

-Oye guapa, ya te los da mi colega ¿vale?
-Muchas gracias proque es que...... -y mas palabras que no pude escuchar porque me alejaba rodando hacia atrás de una forma ridículamente lenta mientras sonreía y asentía.

Mira que bien, con la satisfacción del deber bien cumplido sin siquiera sacarme las manos de los bolsillos desapareció aquel extraño personaje y pudimos proseguir con nuestras vidas.

Pero parece que el amor es más fuerte que el destino, y la mujer creyendo haber plantado en mí la semilla de su hechizo aparece al día siguiente.
Pequeño inciso; ya desde la primera vez que la vi, la vi de lejos, no es que fuera una foca monje, al contrario, tenía un tipo bastante esbelto, pero no acabo de entender muy bien por qué era una tipa que se la veía venir de lejos, quizá porque era muy alta, el pelo muy oscuro... durante años barajé la posibilidad de que en realidad ya desde el aparcamiento comenzase a disparar sus hormonas y quizá por eso antes de aparecer todos los tipos levantábamos el hocico cual perrillo preocupado antes de tormenta.
Bueno, el caso es que se planta delante de mí y empieza a deshacerse en agradecimientos, yo no suelo ser malo con la gente, lo juro, pero es que aquello era tan absurdo que la tentación me pudo...

-Muchísimas gracias porque ayer estaba mal y tú fuiste el único que se preocupó por mí y...
-mmm
-...porque ni mis amigas se quedaron y tu conseguiste que solucionase...
-mmm los cinco duros te los dejó ese de ahí.
-Ya, pero realmente quien se preocupó fuiste tu al pedirle que...
-espera, OSWAAAAALD, ven un momento.
-(chirivuelta) ¿qué pasa?
-Mira la chica de ayer.
-¿Quien?
-La de los cinco duros.
-Ah, hola. ¿Que tal?
-Os dejo que me enfrío, tahora.
-Vale... ¿que tal? ¿ya arreglaste con los cinco duros?
-Si...
-Ahm...
-...
-...
-Muchas gracias
-Nah
-...
-...
-Adios
-Hasta otra

Pues ese fué el último día que la ví, me pregunto cómo sería la conversación con sus amigotas sobre su ataque frustrado.

-Por los pelos eh?, lo tenía ya pero se metió su colega en medio.
-Seguro que quería cacho.
-Seguro, y por no pisarse el plan pues al final ná.
-Ya ves, pues nah, que se joda, mira ese, no te mola?
-El del diente de oro?
-Si verdad? que no mola?
-Psst, déjame hidratarme un poco y voy a probar

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