Lo estoy, pero hasta la médula.
Hace cosa de una semana estaba yo tiradísimo en casa con un resacón de espanto (buen comienzo ¿eh, madre?) comencé a ser persona a eso de las siete de la tarde, y es que yo las resacas las trato con respeto, nada de un ligero dolor de cabeza y la boca un poco seca… mis resacas son entes complejos con personalidad propia, dan golpes de estado en cuanto al control de mi cuerpo y lo dejan todo devastado a su paso.
Pues en estas se presenta en mi casa un fulano con el que había quedado yo para salir de fiestuqui ese mismo día…
-pfff qué pereza mas grandeeee, güeno, vamos un momento al eroski que tengo que comprar un par de cosas para la rata y luego hablamos.
-Po vale.
-Po vale.
Una vez hechas las compritas comento al indecente que siempre he estado algo picado con el Guitar hero, que no me lo he comprado porque es caro de cojones, pero si encontrase algo baratito me lo llevaba de cajón; por curiosear fuimos a una tienda de juegos donde no lo tenían, así que como último recurso al Mediamarkt.
No hizo falta buscar mucho porque es un trasto hermoso, pero el precio… su puta madre, ni de coña… a saber por qué se me ocurrió decir algo así como:
-Jodó vaya ostia, por un juego y una guitarra… ni de coña, si aún fuese que vienen dos guitarras para poder echar piques aún me lo pensaba pero…
-Uy mira que cosa más curiosa, si vienen dos guitarras.
-Anda, vaya… no pero es que….
-Pues nada macho, que te lo tienes que llevar, mira tú lo que son las cosas.
-Me sigue pareciendo una frivolidad dejarme semejante pastizal en esta chorr….
Con el Guitar Hero bajo el brazo volvemos a casa a sabiendas que habíamos sacrificado una noche de farra por andar jugando con unas guitarritas de plástico, manda huevos, un torbellino de emociones entre “Qué pringao que soy” y “Qué chuli, que chuli” agitaban nuestros cuerpos y presagiaban una noche… interesante.
Llegamos a casa, sacamos cervezas y al tajo, ven a mí Guitar Hero, hazme tuyo.
Cada cosa que haces en el juego viene acompañada de sonidos poderosos que te calientan bastante.
-Dale a aceptarrrrrr.
-UAAAAA valeee, cómo es esoooorrrr.
-Botón verde.
-UAAAAAGGRRRRRR.
El juego está muy majo, los temas son brutales, y lo peor de todo es que requiere destreza, mucha destreza, lo que se traduce en adicción total.
Jugando entre dos es muy divertido, por momentos llegas a creer realmente que tú estás tocando esos solos acojonantes, te dejas la piel, sudas como un pollo… genial, pero particularmente creo que lo más interesante está en jugar sólo.
Poco a poco adquieres destreza y se refleja inmediatamente en los resultados, de querer simplemente chapurrear algo pasas por buscar buena puntuación hasta querer hacer el tema perfecto, realmente una locura teniendo en cuenta de que se trata de coordinar unas 450 notas puestas con un poco de mala gaita.
He de reconocer que un par de días me he ido a la cama y seguía viendo luces que se acercaban a mí, ¿Qué se debían más a la cerveza que otra cosa? Puede ser, pero el levantarte por la mañana corriendo para poder echar un par de temitas rápidos antes de ir a currar ya roza la enfermedad, creo yo (esto es lo máximo que me atrevo a confesar pero que sepas hay más, mucho mas).
Pues nada, quien se quiera echar unas partiditas ya sabe dónde estoy, prometo darte una señora paliza… desde la amistad, eh?
Para quien se quiera hacer una idea del grado de demencia que se puede lograr una ojeadita a este relajante video de algún desequilibrado:
No hay comentarios:
Publicar un comentario