Este primer prototipo no es demasiado elaborado, la idea es tener unos zapatos que ventilen ¿no? Pues a ventilar se ha dicho.
Supongo que los primeros Geox serían como estos, así que de momento voy bien en cuanto al desarrollo del producto.
Taladro en mano me dispongo a hacer una serie de orificios de ventilación en mis zapatos; ya me había fijado en unos Geox originales que el número de agujeros no llega a la decena, unos pocos estratégicamente situados. Sin embargo, ante el gozo que es atravesar algo con un taladro me emociono… porque yo soy un tipo que se emociona mira tú, y ¡venga agujeros! bien de agujeros para que fluyan las brisas marinas por entre los dedos de mis pieses.
Primera prueba del prototipo 1.0: Para ello, como es lógico, he dejado un zapato sin perforar para poder comparar bien. Los primeros resultados no han tardado en llegar: nada más pisar el suelo de la calle a primera hora mañanera un frescor se ha colado por mi pié. ¡Eureka! Lástima que haya sido en el zapato sin agujeros, y es que soy un tipo fácilmente sugestionable.
Segunda prueba del prototipo 1.0: Después de una jornada muy larga de trabajo agotador, cocinar-comer fugazmente, trabajo agotador, recoger un poco la casita, ir a ensayar un par de horas, cagarme en todo, dejar la moto en el garaje y volver a casa dando un paseíto es el momento ideal para ver el estado de los calcetines. El calcetín del zapato No-Geox da asco, el otro también… pero menos! Realmente funciona pero de manera muy leve así que creo que es hora de evolucionar el prototipo a la versión 1.1 “Agujeros más grandes”.
Bien, pensando pensando he llegado a la siguiente conclusión: si taladro pequeño hace agujero peuqeño... para agujero grande hacemos la siguiente regla de 3:
Agujero grande = Taladro grande*Agujero pequeño/Taladro pequeño.
Simplificando... Agujero grande = grande*Agujero
Exactamente... agujero grande es grande agujero... o como decía el sabio, no desprecies un agujero por grande que sea ya que arrastra consigo el recuerdo de un gran taladro.
Como este...
Además, para gente con inquietudes he de decir que la seda dental es para maricas, esto si que limpia bien!!!!
aaaaaaghghhggghhh
Bueno, pues el insospechado resultado es este:
Sí, agujeros más grandes.
Primera prueba del prototipo 1.1: Pues he de reconocer que esta ingeniosa idea ha dado sus frutos. El comparar calcetines ya no deja lugar a duda, puedo constatar que la brisa marina se cuela por entre mis dedillos refrescándolos.
El tiempo pasa y el tiempo cambia (uno el del reloj y otro el que enfría el culo) así que el momento que algún cabroncete deseaba desde la primera línea llega... lluvia, sí, lluvia torrencial.
Ya tenía claro que algún día tendría que revisar este aspecto, pero cegao por el éxito lo he ido posponiendo hasta que el toro me ha pillado... la idea era primero sacar fuera lo que no quiero, ya veremos como hacemos para que "lo que está fuera no entre".
Pues como es de esperar el peor día posible me pilló un chaparrón de tres pares probando mi Geox, y eso fué mientras iba al hospital. Esperando en la sala de rigor me dí cuenta de que no es lo mas agradable del mundo el poder chapotear dentro de tu propio zapato, tenía la esperanza de que al tener una ventilación de cojones se secaría él solito en cuestión de minutos (tuve que esperar dos horas, qué pasa!) pero no, no se seca.
Otro detalle que comentaré por encima es el efecto psicológico que tienen, me explico: si te imaginas a un fulano tumbado en una camilla, con la ropa puesta, los zapatos también, uno de ellos lleno de agujeros, de los que caen un hilillo de agua, el otro no... y todo esto en una sala de urgencias... pues es normal que se te cambie la expresión a "qué coño le habrá pasado al fulano este... se habrá atravesado el pie... con... espinete submarino?".

Bueno, tendré que ponerme entonces con el tema de la impermeabilización.
En breves Geox 2.0
1 comentario:
jajajja
Muy divertido, lo de los calcetines me parto de risa
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