Realmente me da mucha pena dejar este piso, no tiene mucho sentido pero en cierto modo me sentía el guardián de los recuerdos de tanta gente y tantos momentos que han pasado por aqui. Hoy me he dado cuenta de que era algo vital para mi el mantener este hogar, aún cuando ya sólo quedaban las ruinas y los fantasmas de quienes lo habitaron.
En breves yo también lo abandono, y conmigo se van todos los recuerdos. Las promíscuas paredes mañana se cubrirán de nuevos cuadros y nueva gente comenzará a crear vida. Sólo quedaran algún que otro objeto, ahora si, inerte, sin nadie que cuente su historia...
-¿de dónde cojones habrá salido esto?
-A saber, sería de los anteriores...
Hace meses esta era mi casa, en ella atesoraba los objetos que obtenía a cambio del tiempo de trabajo. Algo que parece ser tan estable, tan seguro y perdurable es en realidad tan voluble como un diente de león al que se sopla. Sin violencia ninguna una caricia se lleva aquello que tu creías que definía tu hogar, incluso a ti mismo, y ves un cuarto vacío, y crees ver una persona vacía... buscando desprenderme de aquello que sobra esto es lo que me encuentro, un tipo en cuarto vacío escuchando su propio eco.
Aqui se quedan aquellos sueños que en su día fueron el objetivo último de toda mi energía, aquí quedan noches de tristeza y alegría, momentos inolvidables con personas inolvidables. Sé que mucho lo olvidaré y, aunque ahora me parezca inconcebible, es posible que algún día olvide el nombre de la calle, experiencias vividas, personas... sé que debo mirar hacia el presente, no volver a caer en el error de vivir para el futuro ni dejarme llevar por la melancolía del pasado, como estoy haciendo ahora...
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