14 marzo 2011

-En qué piensas, ¿estas ocupado?

-No, no te preocupes... pues, la verdad, estaba pensando en algo para meter en el microondas y que sea divertido. Pero da igual, estoy un poco perezoso.
Dime, ¿qué querías?
-Si, quería comentar contigo algo, mira... hace mogollón de años, ocho o así, hablando con el Quillo; nos encontramos de noche, de fiesta estábamos; le comento algo de música, porque sé que le gusta, que sabe algo, yo también sé, si no ya me diras qué cojones hablo yo con ese individuo. Le digo que si la mitad de los temas de alguna ostia... de no sé qué del álbum que tiene el temaaaa... un tema... ni puta idea, da igual, sé que digo algo de "La mitad de los temas...". Pues el tio se queda callao, con una especie de hipo minúsculo, que parece ser que es como se ríe el cabrón. Yo me callo, mirándole, pensando en cómo puede ser tan gilipollas y le digo:
-¿De que te ríes, ahora?
-Jjejejjjeeeje, nah (pausa de cinco segundos mientras se queda con la mirada clavada en mi oreja, o en algo que hay detrás, yo que sé, Gilipollas, te digo que es bobo. Bueno, pues eso, que se queda ahí callao con cara de anormal y me dice:
-Temas. Por qué decís temas, por qué le llamais temas... {Nota mía: nótese que no he puesto signos de interrogación en la última oración, debería tenerlos, pero es que el puto sinsangre este no se merece ni media interrogación, si habla todo entre dientes y parece que el único aire que utiliza para hablar es el que se le cae de la simple respiración. Y encima con esa medio sonrisilla que no sabes si está el tío pensando que te la está colando doblada, y es su sonrisa irónica de maestro del mal.}
-Temas. ¿Por qué?, ¿qué coño dices?, qué dices de qué.
-Temas, jeje, parece que son temas de la universidad, y de las asignaturas, jeje.
-Temas si. (¿Joder pero qué tío tonto es este? Qué carajo de cruzada por la cultura se cree que está haciendo, bobo).
Bueno y no me acuerdo cómo siguió la conversación porque le perdí tanto el respeto que cualquier cosa que saliera por su boca para mi ya era como un pedete chiquitín que se te escapa, pero de los buenos, de los que huelen un poquito, lo justo para saber que realmente ha sido un pedo y no te has roto nada. Pues eso era para mi hablar con él, como comerse de vez en cuando un pequeño pedete propio, que sabes que huele mal porque el resto lo dice, pero chico, amor de padre yo qué cojones sé pero a uno no le parece... no se, huele raro, pero mal mal, no se... qué cojones, si hasta cuando se lo echas a un colega a la cara y el tío se queja mogollón, por dentro te ofendes, qué coño tampoco huele tan mal, por supuesto por fuera dices que qué asco de pedo, pero sólo por joder lo máximo, explotar un poco el entorno del pedo... yo hay veces que lo he hecho, hasta como símbolo de amistad, pero no por el tema de la confianza ¿eh? no, no, realmente un simbolo de amistad, te regalo algo bonito y mío, mi creación para ti, que comparto contigo, porque un pedo es de las pocas cosas que siempre se comparten, y bastante equitativamente por cierto, algo de admirar en los pedos, su sentido de la igualdad, hombres y mujeres, razas... si hasta se los echamos a los perros para ver qué cara ponen en un intento que tiene el propio espiritu del pedo en transmitir la importancia y presencia social que tiene en el mundo de los humanos, al mundo animal... allí, en el mundo animal, tiene importancia, si, pero ya a nivel orgánico, a una vaca le da igual tirarse un pedo delante de un ternero suyo, lo que realmente quiere el pedo es conseguir que algún día sea la vaca la que acerca el ojal al morro de la criatura, se bufe y le diga. -Pa ti.
Pues con lo que decía de cuescarse con animales... joder, qué parafílico suena eso ¿no? yo me echo pedos con animales... joder, suena enfermo si, pero es habitual, yo ya no, que no tengo perro, no me quedan perros.
Y no es malo, no es malo cojones, eso no, un colega mío los tiraba desde el balcón de un tercero, eso es malo, lo del pedo qué cojones... ¿Para quien? ¿Para la estabilidad emocional del perro? ¿Va a ser un perro sin aspiraciones en un futuro?
Le acercas el culo al morro, te cuescas a gusto, y te das la vuelta todo contento sonriendo, plantas tu cara a dos centímetros del hocico, y ya como el perro mueva una sola ceja, o se relama, o cualquier movimiento, da igual, entonces ya te meas de risa. Ya tienes para contar luego a los colegas y pasar toda la tarde.
Que eso, que un tío muy tonto el de los temas.

2 comentarios:

AsanA dijo...

Deben tener una droga cojonuda al otro lado del mundo... Jajaja

El Chino Blas dijo...

:)