30 noviembre 2006

Lupita, ¿Pero qué me estas contando?

El gallego se muestra reacio a hacer nuevas amistades.

Es cierto, no me considero un tipo antipático... especialmente, pero disto mucho de ser como Lupita Rico (una lunni muy maja):






Hacer amigos es lo que me gusta
conocer a gente nueva es lo mejor
mi hobbie es coleccionar amigos
siempre queda espacio en el corazón.

Vamos a ver Lupita, guapa, está muy bien hacer amigos, es muy enriquecedor y divertido... pero una vez que ya son amigos, ¿qué?.
Uno de los motivos por los que me cuesta llamar "amigo" a alguien es por respeto a mis anteriores amigos, ¿no crees Lupita que si, pongamos por caso, Lucho, te viese saltar a los brazos de algún nuevo ser de espuma mientras gritas "Amigoooo te quiero mucho, ser desconocido que me inspiras mucha confianza aunque no hayas tenido aún oportunidad alguna de demostrar tu limpieza moraaaal" (Ya se que los lunnis utilizais frases mas cortas, pero el mensaje es el mismo).
Pues sí Lupita, seguro que Lucho pensaría algo así como "Qué hijaputa!, ayer me jode toda la tarde para acompañarla al ginecólogo y ni las gracias me da".
Me gusta considerar a mis amigos como un grupo muy selecto, y como tal intento hacer que cada uno de ellos se sienta especial de algún modo, que sepa que consigue aportarme algo que aprecio y que sólo él puede dármelo. Querida Lupita, no sé cómo te lo montas tú, pero yo necesito pasar muchas horas con una persona para conocerla, que me conozca y poder compartir cosas... no sé cuán familiarizados estais los lunnis con las limitaciones físicas, pero, en mi caso, me es imposible mantener una amistad tal y como yo la entiendo y me gusta con un número elevado de seres, sean o no de espuma.
Por ello suelo poner un buen número de filtros para desechar gente, así nunca consideraré amigo a alguien con quien no pueda conversar, a quien no tenga o no quiera aportarme nada, a quien por intentar agradar siempre me de la razón sin permitirme ver su verdadera personalidad, a gente prepotente o dogmática que esconde en supuestas convicciones inamobibles su falta de elasticidad mental... Ya lo sé Lupita, sé que entre esta gente también puedo encontrar muchas cosas fascinantes, pero yo no soy un profesional de la amistad como tú, mi tiempo es muy limitado y prefiero centrarlo en las personas que me llaman la atención; intentar conocer todos sus recovecos, qué es lo que les provoca cada idea, sus pasiones, frustraciones...
Vosotros los lunnis con cuatro canciones ya os decís cuánto os echais de menos, si quereis jugar con este o con la otra... pero nosotros necesitamos mucho tiempo para conocernos a fondo, al principio somos muy cautelosos con qué cosas contamos o preguntamos hasta que llegamos a cierto estado de confianza donde ya empezamos a mostrar nuestros defectos o lo que pertenece al cajón de lo íntimo. No queremos encontrarnos con un desaprensivo que pueda utilizar nuestros secretos en nuestra contra, mantenemos ciertas reservas que en algunos casos nos mantienen a una distancia de respeto mutuo hacia alguien de por vida sin pasar a mayores... no te rías Lupita, somos así, qué le vamos a hacer... vale, no ser así, pero una parte muy importante de la personalidad es la cobardía, el miedo a la excentricidad, vosotros teneis la suerte de vivir sin ello... benditos lunnis.
Pues de esta guisa me enfrento yo a las personas, además suele sucederme algo curioso que no hace más que incrementar el rechazo a abrir mi círculo de amistades, te cuento:
Cuando conoces a alguien, comienzas traspasando una membrana, para mí suele ser un shock bastante duro, y es cuando tomas conciencia de que deja de ser un actor más del incesante movimiento a tu alrededor para convertirse en persona como tal, en ese momento tiene familia y se relaciona de una manera muy peculiar con ella, te muestra a quien admira y por qué, con quién prefiere no estar por su actitud condescendiente, qué manías tiene y cómo se originaron, sus planes de futuro, su concepto de amistad, amor, pasión, sexo, vida, verdad, dolor... toda una serie de realidades particulares que buscas e identificas en tu propia personalidad, y te maravillas tanto de lo que manteneis en común como lo que difiere, sobre todo de qué es lo que ha provocado esas discrepancias.
Como te decía Lupita, para mí es todo un shock; conocer una persona es como llegar a un planeta inexplorado con atmosfera, geografía y todo un sistema vivo extraño. Todo un ejercicio mental de comprensión que me deja exhausto... muy bien, desde luego merece la pena.
Piensa ahora, bicheja mía, en este estado que dura horas o días, en los que sigues meneando tal cantidad de información para crear un modelo virtual mental de esa persona (dentro de las limitaciones que cada uno tenemos) consciente que te desborda pero a la vez hambriento de saber más, de todo el tiempo que necesitarías para absorber todo lo que esa persona tiene para compartir, experiencias que por condiciones ajenas sólo ella a podido vivir y que la única forma de que puedas comprenderlas es intentar fagocitarla a base de horas de conversación u otras formas de relación.
Pues montando dicho puzzle te sorprendes en el autobús contemplando a un tipo sujeto a la barra con un periódico bajo el brazo, y te das cuenta de que es otro ente diferente con todo un abismo de vida vivida y por vivir, te abruma la sensación, alzas la vista y ves a otra persona, y otra, y decenas de vidas que te rodean que te hacen sentir verdadero vertigo ante todo lo que tienes delante, consciente de que toda tu vida no llegaría para conocer a ese pequeño grupusculo de personas, y que la única forma de no volverte loco es seguir considerándolas actores de la función que representan para tí, pensar que son seres vacíos que desaparecen de tu existencia en el momento en que dejas de verlas, y que quizá algún día el movimiento de la vida te las ofrezca para que dejen de ser actores y se conviertan en personas.
Lo siento Lupita, pero no estoy de acuerdo contigo en esa actitud voraz de hacer amigos que tienes, prefiero tener menos pero exprimirlos todo lo que pueda.
Por cierto Lupita, ¿puedo invitarte esta noche a cenar?

1 comentario:

El Chino Blas dijo...

Me apunto ese millón de besos.