19 noviembre 2006

Carta al gallego

Hoy he abierto el correo y nadie me había escrito nada, nadie de mis amigüitos se ha acordado de este chico tan majo, así que como Juan Palomo, el que se hincha a sopa, y siguiendo la tónica actual de mi vida me he dicho: -Pues oye chato, escríbete tú mismo, si esto es como el sexo, cuando tienes ganas y no hay compañer@ de batalla pues te lo montas tú solito, y lo mejor es que no tienes que cocinar para dos.

Querido Gallego: nada más levantarme me he acordado de tí, tenía curiosidad por saber qué tal te iban las cosas, que me contases alguna de tus últimas gallegadas, o una de esas historias que tan bien entran... así como los documentales de la 2 que aunque hablen del chacal matapollitos, contado como lo hacen, te entra tal sopor que no puedes evitar echarte una deliciosa siestica.
Oye, que no te moleste, eh? no digo que no sean curiosas, quizá es porque el dormir no está bien entendido... si lo haces en un teatro te miran mal... oiga señora, no me toque los cojones que estoy gozando con absoluta sinceridad, mire que cara llevo, qué lozano estoy, pues eso es porque disfruto del dormir mujer, venga, arrímese a mí y comparta conmigo ese abrigo de pieles tan suavecito que lleva, que le voy a dar la siesta de su vida.
¿Con el tema de coche-moto-fugo que coño vas a hacer? porque mira que llevas tiempo dándole vueltas... un pajarito me ha contado como que vas a invertir en otra cosa, algo así como un viaje, y como no eres exagerado ni nada pues te vas al sitio más lejano que puedes ir sin tener que cambiar de planeta... pero mira que eres... si no conoces ni las panaderías de tu propia calle... tu verás chato, por mí encantado porque si de algo estoy seguro es que vas a volver con la mochila llena de gallegadas de esas que amenizan cenas y reuniones varias.
Quizá me estoy metiendo donde no me llaman pero, ¿qué tal estas? te veo desde hace unos meses un poco decaído, la verdad es que nunca has sido un tipo especialmente simpático ni alegre, pero siempre que me cruzo contigo en el pasillo o en el baño pareces estar pensando en tus cosas... planeas algo? o simplemente no sabes ni donde estás ni donde te gustaría estar?. Te voy a dar un consejo que una vez me dió Genis, con el tiempo quieras o no siempre acabas identificándote con tu ciudad, y el desear cambiarte a otra no es más que intentar evitar el cambiar algo en tí mismo que no eres capaz, no quieres o no puedes; no pretendo amargarte el día pero es lo que hay chato, tu verás qué acabas haciendo... supongo que lo que se te cruce en el último momento, como siempre.
¿Lo del cambio personal ese que tal va? lo leí hace poco en tu blog, de primeras me pareció alguna de tus chorradas pero parece que llevas tiempo y algo se empieza a ver, cuesta bastante más de lo que parece eh? No sé qué decirte, supongo que ánimo y a ver si sacas algo en limpio... por lo que veo también estas volviendo a tus antiguas melenas, mmm ¿Un intento de recuperar la juventud mal aprovechada? ¿Esa que no vuelve por muchas tretas que intentes? Ya sé que no te importaría negociar con el diablo pero creo que hoy no tienes nada que le pueda interesar, qué cosas eh? tu que eras un mar de virtudes, de sueños cumplidos... un par de desengaños te llevan a un camino mal elegido, querías alcanzar la perfección total a través del autoconocimiento, te asomaste por la mirilla para ver qué había dentro y aún hoy no has conseguido recuperarte de lo que viste. Cómo cambian las cosas, has sustituído el sentirte sobrevalorado (la peor y mas destructiva de las mentiras) a ser realmente experto en ciertas artes totalmente inútiles, añoras la felicidad de la ignorancia y ves que algo ha pasado, no sabes exactamente qué, sólo que no tiene vuelta atrás.

Hace mucho que no hablamos Gallego, me acuerdo cuando éramos pequeños que charlábamos durante horas, teníamos una gran amistad y mucha complicidad, muchas veces deseábamos quedarnos a solas para poder hacer lo que nos apeteciese, cosas muy valiosas, tanto que hoy sólo subsistimos gracias a su recuerdo, el halo que conseguimos entonces se atenúa día a día y hoy es la única luz que nos sirve de faro... pero está construído en el pasado y no en el futuro... malo, malo. Las pocas veces que estamos a solas no sabemos ni de qué hablar, conversaciones de ascensor para evitar la incomodidad del silencio... nosotros que hemos buscado y disfrutado tanto del silencio...

Una pregunta Gallego, ¿Por qué todo lo que se supone placentero lo conviertes en autodestructivo? No entiendo cómo no creyendo en Dios puedes sentir tanta indiferencia por la muerte... ¿de verdad te crees eso de "si termino aquí habrá merecido la pena"? hay algún tipo de límite que no hayas o ansíes traspasar?... sinceramente no sé como sigues vivo, te pasas el día apostando a lo grande... muy a lo grande, el día que a tu ángel de la guarda le pilles tomando café no duras ni media hora. Tienes que explicarme esa sensación que tienes, la verdad es que me parece algo horrible, pero no sabría decirte si es egocentrismo, paja mental... me cuentas que no te sientes querido ni cercano a nadie lo suficiente como para que te haga feliz, pero si lo justo como para saber que tu deterioro puede causar dolor, y que quizá sea ese el único motivo por el que aún mantienes un mínimo de coherencia... y no por razones altruístas sino simplemente por que te molesta la sensación de culpabilidad de provocar dolor... lo siento tío, pero ese mundo que te has construído y donde vives es terrible. Menos mal que... ups, vaya, no hay menos mal.
Bueno majo, entonces qué? vamos a hacer algo de nuestras vidas? aunque sea reavivar un poco nuestra amistad, que últimamente lo único que me dices cuando me ves es "Coño!, habrá que ir pensando en afeitarse"... y ahora no te me precipites que te conozco, que lo tuyo es eso de "A grandes males grandes remedios" supongo que lo suyo es buscar un poco de lucidez mental e intentar reconstruír el castillo en ruinas poco a poco.
Ya lo siento haberme puesto tan serio, pero para eso están los amigos no? que para decirte que eres super guay sólo necesitas a cualquier gilipollas que cruce la calle. De todos modos te prometo que la próxima vez que te escriba te contaré alguna gracieta, y oye, que aunque no hablemos todos los días no creas que no te aprecio, es que soy muy dejado y me lío en un momento, ya me suelo acordar de tí, de las que liábamos... y de que espero seguir liándola contigo muchos años.
Besos y un abrazo muy fuerte de un amigo que te quiere cantidad... ¡Que sí coño, créetelo de una puta vez, pesao!

1 comentario:

Anónimo dijo...

La realidad, si la quieres saborear a tope con todas sus consecuencias, pocas veces te va a dar alegrías.

El único secreto para no morir en el intento es sonreír en su puta cara y decir: "Sí soy feliz!" y sacar el máximo de esas pocas alegrías que te da.

Si no creemos en Dios, qué más da el preocuparnos por la muerte o no? Si nos morimos ahí nos quedamos, ya está hecho, no hay más. Hay que luchar mucho y ser un guerrero feliz, si no...para qué?

A cada nivel de vida, cada uno de nosotros tendremos nuestros problemas, para algunos serán más o menos importantes. Como a un niño que se preocupa de poder ir a jugar a la calle, un chaval al que no le dejan salir a emborracharse o una señora que ya no puede caminar por una osteoporosis. Cada uno asignará a su problema un grado que depende de una escala personal que pocas veces se repetirá en distintos seres. La cuestión es: hasta qué punto puedes bajar el grado a todos tus problemas para que puedas ser feliz, y preocuparte únicamente lo necesario para poder resolverlos a tiempo.