Mejor soy lo que tengo.

Ayer vi la tele y salía el bueno de Antonio Banderas anunciando algo, si no recuerdo mal creo que un peluco. Como frase final decía algo así:

-No es lo que tengo, es lo que soy.

Si señor, mas chulo que un ocho, me parece de puta madre pero… gñá, Antonio, amigo, como se nota que no eres informático.

Es lo que soy… a mí si me preguntan qué soy sin dudar respondo que “informático”, no es que esté orgulloso, ni sea la pasión de mi vida… ni entienda que sea la pasión de la vida de nadie… y cierto es que podríamos pasar a otros niveles tipo:

-Soy un ser humano, una persona única en sí misma, simpático como pocos y de un atractivo insultante. Soy fruto de la evolución, el mayor logro de la naturaleza, un mecanismo tremendamente complejo que además no ronca por las noches…

Podría ser, pero seguro que si algún día alguien viene con un micrófono a preguntarme qué soy diré: “informático”.

Tan enraizado está en el hombre su trabajo o dedicación que inconscientemente la anteponemos a nuestra humanidad e individualidad, manda huevos, en la era de la depresión por anulación del individuo nos aferramos a lo que precisamente nos deshumaniza y nos iguala al resto de los mortales.
Dicho esto, que no es que venga mucho al caso, y siguiendo las mareas sociales por un lado y a Antonio Banderas por el otro me encuentro en la siguiente tesitura, y es:

-Gallegoooo! No me cuentes lo que tienes, dime qué eres.
-mmm informático.
-Ostia, pues tengo yo en casa un ordenador que…

Ya la has cagado, seas lo que seas seguro que tu interlocutor necesita algún favorcillo que sin dudarlo te pedirá. El caso de los informáticos es especialmente doloroso, pero hay que reconocer que dan lugar a curiosas historias.
Meditando profundamente me he dado cuenta de que, no se si por venganza o por que sea mas capullo de lo que pensaba, soy de los que intentan aprovecharse de las virtudes ajenas. Así a un amigo médico no dudo en preguntarle:

-Oye, tú eres médico ¿no?
-Sabes perfectamente que sí (suspiro).
-Qué bien majo, mira, es que tengo un bulto con pelos aquí en la espalda, a ver si le echas un ojo.
-(Suspiro) ¿Te molesta?
-No me duele, pero se pasa el día diciendo “mátame por Dios, no soporto el sufrimiento”.
-Tranquilo que eso no es nada; pero, hablando de todo un poco, tengo un ordenador en la consulta que…

Otro amigo mío (besitos Gorka) es ingeniero por lo que no me sirve de mucho, pero es un ser de morro fino y se conoce todos los restaurantes de Donosti y alrededores, así que para cualquier situación especial… ¿para que voy a gastar mis neuronas si puedo usar las de otro?

-Oye Gorka, estoy a 8 Km. de Donosti, N1, voy con dos chicos: uno alto moreno carnívoro, otro de Vitoria feo como un demonio, además viene el suegro de uno de ellos que va medio dormido. Estamos escuchando “Joselito” de Kiko Veneno y el tráfico es bastante fluido.
-Bien, en dos kilómetros desvíate al pasar un puti de excelente relación calidad-precio, sigue el camino hasta adentrarte en el monte, te detendrás en frente de una casa verde, di que vas de mi parte, no pidas callos.

O mi actual consejero cinematográfico, que dentro de poco lo veo como mi ministro de cultura personal.

-Alvarito majo, quiero ver una peli que me deje de buen rollo que hoy he tenido mal día, pero sin chorradas que igual me cruzo y me entra mala ostia, si tiene algún “mejorador” de peli te lo agradezco (léase zombis, cyborgs o ninjas) … y que la banda sonora sea de Soungalo Coulibaly.
-Me alegra tu petición porque precisamente…

Y así podríamos seguir con una generosa lista de colaboradores.

Venga, que tire el primer percebe quien esté libre de culpa, yo he pasado de pringao a negrero (aunque lo de pringao es algo que nunca se abandona) y he cambiado mi memoria por la del móvil.
¿Qué tiene este tipo para aportar a la humanidad? Se preguntará el avezado lector, pues vaya mala ostia que tienes chato, respondo yo.

-No corráis niños, que toca historia del abuelo.
-Nooooooo por lo que más quieras abuelito, por lo menos aflójanos las cadenas, que duele mucho.
-Que majos, criaturitas...

Hace ya muchos años, unos 12 más o menos, se me planteó un terrible dilema: era el cumpleaños de una amiga y, como es normal, no tenía ni puta idea de qué regalarle. A falta de unas pocas horas, sin un duro en el bolsillo pero con ganas de quedar como un señorito me decido a utilizar estas manos que Dios me ha dado y currarme algo. Bajo a un sótano que hay en casa de mis padres donde hay montado un tallercito… periódico, alambre, escayola… esto se monta sólo chaval, ya verás que bien.
Con el valor propio del que no limpia los estropicios me pongo manos a la obra; agua, harina y cola para el engrudo, la estructura de papel maché y por encima una capita no muy uniforme de escayola. Ta chaaaaaaan, ya tienes tu propio camaleón de 15 kilos.
Cuatro brochazos y ya lo tengo pintado… mira tú que sencillo (aquí es donde la luz comenzó a iluminar mi camino). El empaquetado fue más complejo, ya que al ser un bicho delicado debía ir en una caja, pero las de zapatos, que son las únicas de las que disponía, se quedaban pequeñas, pero como allá donde otros ven obstáculos yo veo magdalenas, agujero por un lado y listo.
¿Papel de envolver? Mariconadas, ¿qué hay mas bonito que unos recortes de periódico pegados con cinta a modo de escamas a la caja?

Nos juntamos toda la chavalería en casa de la moza y después de tontear un poco comienza el tema de los regalos. Alguna chica le había regalado unos pendientes y collar a juego, ni puta idea (me autoconvencía yo) algunos regalitos más que no recuerdo, y ahora un momento interesante: el otro tío guay que también quería ligarse a la cumpleañera; un pequeño bastardo sin gracia ni talento; coge el tipejo una bolsa chachi guay de una tienda muy chuli, se la da y saca de ella la cumpleañera un objeto pulcramente empaquetado; lo abre y descubre dentro un parche de esos que se cosen a las chupas vaqueras, era muy grande y de “Guns and Roses”.
Vaya mierda por Dios, que cosa más fea, en el fondo me un poco de pena el tipo este que…
-Qué bien!!!! Cómo sabías que me lo quería comprar? Me encanta!
-Bah, un detallito mujer.

No se iba de mi mente la imagen del baboso este degollado mientras yo meaba en su tráquea, ja ja Ja JA JA JAAAAA.

-Qué contento estas Alex, de qué te ríes?
-Gñaaaaaa.. de lo mucho que te va a gustar mi regalo (Ay Dios mío), toma simpática.
-A ver a ver.

Le entrego una bolsa del corte inglés de donde saca… una caja parcialmente envuelta en trozos de periódico que se desprendían sólo con mirarlos, y que en su extremo superior se coronaba con un pincho curvo que sobresalía impetuosamente. La cara de los invitados al evento no mostraría más incredulidad si de la bolsa hubiese sacado la cabeza cortada de un pirata.

-mmm, que curioso esto.

Despega de sus manos los trozos de cinta que se le habían adherido durante la manipulación de la caja de los misterios, la abre y descubre dentro a un ser verde que la mira fijamente.

-Qué bonito el cosa este! Anda que gracia, y tenía la cola por fuera para despistar…
-Como el dueño chata.
-Ein?
-Que me alegro que te guste.
-Si, pero está como frío… y mancha de verde
-Es su magia.
-Anda, que bien.

El caso es que el regalo en cuestión trascendió a otros ámbitos, en clase hablaban de él, algunos lo querían ver y otros querían una réplica.

-Vamos a ver: ¿Coste económico? 2 duros, ¿Tiempo? Algo más, pero si no lo estaría empleando en maldades así que todo en orden, ¿Satisfacción obtenida? Mmmmm.

Y aquí se me abrió la luz, todo regalito que hubiera que hacer me lo curraría personalmente; así desarrollé varias técnicas que me han proporcionado infinidad de satisfacciones, como la escultura en plomo, micro-tallado, origami, varias técnicas de papel maché y demás cosas que den como fruto algo regalable. Así en mi casa siempre había chuminadas que a mis viles amigos se les encaprichaba, y uno que tiene un corazón como una caja de folios pues acababa por regalarlos.
-Donde quiero llegar con estos queridos niños?
-Comidaaaaa, aguaaaaa…
-Que monos, pues que durante muchos años yo fui el que “hacía cositas”.
-Y a mi que me importa!!
-Pues que gentes varias me pedían consejo en lo concerniente a “asuntos artísticos”, tales como pintar una furgo, arreglar un valioso cenicero dañado en plena fiesta clandestina, o cómo hacer una lampara que simule las llamas del infierno.
-Y para decir eso tienes que contarme tu vida?
-Calla deslenguado! La moraleja que tienes que sacar de esto es que todos tenemos ciertas virtudes, y compartirlas es realmente placentero y gratificante; y es que qué bonito es cuando alguien se acerca a tí para pedirte consejo elevándote en un pis pas a la categoría de experto, así como quien no quiere la cosa.
-Pues no abuelo, pues no, es una puta mierda que te venga el gorrón de turno que cree que no tienes otra cosa mejor que hacer que atender a sus pueriles estupideces.

¿Tú que opinas? Vamos a hacer una cosa, cuéntame historias de lo que gorroneas o lo que te gorronean, aprovecho así para hacer un pequeño concurso, el ganador se lleva una tortuga yonki directamente a su casa, todo pagado por un servidor.