17 noviembre 2007

Qué bonito, mas que nunca en invierno

Salir de fiesta en Donosti me recuerda mucho al origami. Intentar hacer algo lo más bonito posible con el mínimo de recursos, y ya cuando encima tienes que enseñar la ciudad a alguien de Barcelona pues el reto es descomunal. Cierto es que con los años uno se va guardando ases en la manga que sabe que siempre funcionan... pero una baraja sólo tiene cuatro ases, y si vas castaña mínimo pierdes uno en algún rincón.
En fín amor mío, compañero inseparable de batallas, como dicen por ahí: Otra muesca más en nuestro revolver.

PD:Te voy a cantar al oído, como nunca lo he hecho. Me acercaré el oído a los labios y me cantaré lo que más me gusta. Un poco más alto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Misa no saber.