04 febrero 2008

El juicio

Tras este terriblemente ambiguo título se esconde mi última experiencia social: un juicio.

Resulta que hace cosa de un par de meses algún malnacido se apropió de ciertos efectos que pertenecían a una persona muy cercana a mí: yo.

No es la primera vez que sufro un robo de este tipo así que inmediatamente anule tarjetas, solicité cita para renovar DNI, carné de conducir, etc… Como no tenía mucha esperanza en recuperar mis cosas me tomé con calma el asunto de la denuncia, decidí probar mis dotes detectivescas e intentar resolver el misterio por mi cuenta. Al día siguiente en la propia página de Orange vi que se habían realizado dos llamadas desde mi teléfono... mmmm, interesante… ni corto ni perezoso llamo a uno de ellos donde nadie me responde, mierda! Llamo al otro que era un móvil y me responde una chica…

Tengo que reconocer que me apetecía bastante meterme al lío, yo no tenía mucho que perder y me encontraba en una posición en la que me podía mover con cierta soltura y que seguramente podría proporcionarme una bonita historia para contar… a ver qué pasa… -Hola?...

Le digo a la moza que sé que ha recibido una llamada desde mi móvil y me gustaría que me facilitase la identidad de quién lo hizo, simple y llanamente. La chica me dice que había recibido la llamada pero que no conocía a la persona (yo sabía que sí ya que la llamada fue de más de nueve minutos) pero que de todos modos que la llamase más tarde porque “iba a ver unas cosas” a ver si podía arreglarlo. Chachi, cual putilla me callo, me guardo mi as para sacarlo en el momento adecuado y espero. Vuelvo a llamar y la pobre mujer toda nerviosa me pide que no la meta en líos, que me va a ayudar en lo que pueda pero que no le salpique a ella… ningún problema, no necesito venganza, sólo diversión (pero que esto quede entre nosotros).

Mi intención era que viese que yo ya tenía todo solucionado por mi cuenta, pero que simplemente estaba probando tirar por la vía diplomática, así que averiguo de qué operadora es y suelto mi órdago.

-… mira, por circunstancias de la vida y mis actividades laborales mi teléfono está monitorizado (podría haber dicho que estaba choriflautado que habría colado igual) por mi propia seguridad Orange graba mis conversaciones e información relevante, así que tanto tu información como la del individuo que tiene mi teléfono está al alcance de la policía ya mismo. Por eso antes de liarla demasiado creo que deberíamos arreglar esto de buenas maneras ya que creo que todo esto ha sido un error. Vamos, que nadie en su sano juicio le robaría la documentación a la San Gil por diez euros, ¿no? Pues por ahí van los tiros (Ordago a grandes, chica, pares, juego, y full porque me lleva la corriente!!!!). Es más, hasta tu propia operadora, Vodafone, está obligada a facilitarme tus datos en estos casos: el que la llamada se realizó a las 21:17, que duró algo más de nueve minutos, la grabación que si quieres te la puedo enviar por mail… bueno, pues así es como están las cosas.

A partir de ahí se suceden una serie de llamadas donde vamos montando una historia donde yo me transformo en un empresario con implicaciones políticas cuya documentación no es algo muy aconsejable de tener encima y ella se transforma en una mujer acojonada. La chica hace todo lo posible por recuperar mis cosas (estoy seguro de que sí, creo que me ayudó en todo lo que pudo) pero llega a un punto muerto donde no puede continuar, así que me facilita el teléfono del artista mangui para que hable yo con él.

-Ah, muchas gracias, ¿Por quién pregunto?
-eeeeeeeh, ya te responde él mismo.
-(uyyy, casi).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor Alex, termina la historia...me tienes en ascuas.
Un abrazo,TIRSO.

Anónimo dijo...

Eres Dios tío!!!!!
A ver si vais pensando en la visita a Madrid!!!! Buscar un finde de Marzo.
Un abrazo, Iñaki.

Anónimo dijo...

Mas, por favor, termina la historia!!! ¿O todavia no ha ocurrido?

Un saludo.TIRSO.