02 agosto 2008

Pero qué cutre soy!!

El tema de los sueños lo tengo un poco abandonado, que no los recuerdo vamos, sé que hay técnicas para hacerlo pero exigen cierto esfuerzo, y eso choca con mi pereza innata.
Pocas veces recuerdo un sueño, pero hay algunos que son verdaderas historias que no se me ocurrirían jamás estando despierto (ya me jode que mi subconsciente sea más espabilado que mi “consciente”, igual va a ser mejor cederle las riendas). Como decía hay algunos realmente buenos que tengo celosamente guardados entre las hojas de un cuaderno a la espera de una buena forma de que vean la luz, y a medida que hoy lo iba recordando creía que este iba a ser uno de ellos; no es que fuese de los mejores, pero tenía una trama coherente, cosa complicada en un sueño… hasta que me descubrió lo cutre que en verdad soy.
Todo mi mundo en el que yo soy centro y vara de medida se viene abajo, estrepitosamente la escultura a mi excelencia que soy yo mismo cae rompiendo con su cabezón las baldosas del suelo y todos los perros del barrio acuden presurosos a marcarme como suyo con sus meaos mientras charlan de tonterías de perros.
He aquí la historia:

Viajaba yo en un autobús por el puerto de Panxón, un puerto pesquero coqueto donde de pequeño venía a pescar, navegar en veleros chiquitines; donde es costumbre traer de paseo a los ligues… uno de esos escenarios que recuerdas con detalle el resto de tu vida…


sin embargo en aquel viaje era un lugar desconocido. Paramos un momento para estirar las piernas y me puse a husmear entre las redes y los barquitos cercanos, entonces vi algo terrible: un muerto.
Como en toda peli donde hay un muerto en el mar flotaba boca abajo, sin embargo había algo inquietante (si es que un muerto no lo es suficiente de por sí), aquel muerto sujetaba firmemente una mano cortada a la altura de la muñeca, y ambos eran negros, muerto y mano.
Parece que yo era el único interesado en el tema, quería llamar a la policía o seguir cotilleando de algún modo, pero el chofero tenía prisa y no quería retrasarse así que tanto él como el resto de los ocupantes del bus comenzaron a increparme para volver al bus y continuar ruta.
Yo no me lo podía creer, ahí en el agua un tipo muerto, sujetando una mano cortada, y lo único en que pensaban era en que no les pillase la caravana de Burgos. Más chulo que un ocho digo:

-“Seguid sin mí”.
-Vale.

Y allí se va el bus… vaya por Dios que liada. En un principio no me importó que mi equipaje cartera y móvil se fuesen a tomar por culo, sabía que lo correcto era seguir dándole con un palito al negro flotante… pero cuando perdí el interés, cosa que pasó a los cinco minutos ya que allí no venía nadie y el muerto no sabía ningún truco guay, ya me acojoné un poco.
-A tomar por culo, me las voy a ingeniar para valérmelas por mí mismo sin dinero ni ayuda alguna.
En ese momento se me llenó el cuerpo de esa ilusión de cuando comienzas una aventura, sabes que te vas a poner a prueba y si todo sale bien nacerá una bonita historia que contar a borrachos y amigos.
Sin despeinarme comienzo mi cruzada personal que consistía en… caminar recto, no sabía donde pero ir hacia algún lado sin dinero en el bolsillo e intentado no morirme, esto promete.
Parece que en cosa de media hora mis vestiduras se convierten en harapos y mi cara se enmarca con unas melenas salvajes y una barba de naufrago… camino a orillas del mar, más y más kilómetros; sólo las piedras del camino el aire cortando mi rostro y mis pensamientos.
En una de estas y sin saber muy bien por qué se me ocurre hacer algo que no había hecho en los últimos meses de caminata, mirar hacia atrás, y me encuentro con algo que no esperaba: una manada de niños vagabundos.

Parece ser que al verme ellos vagando con decisión hacia Dios sabe dónde me tomaron por su guía y protector, con una mirada que a duras penas salía de entre la mata de pelo que era mi cara asumí mi nueva responsabilidad, les hice ver que yo les cuidaría, les daría un futuro y una vida con familias y perritos. Con la energía de mil dragones incendiando mi corazón me ajusto los pantalones e inicio esta nueva aventura, sabía lo que tenía que hacer… mm… caminar, si eso, caminar más.
En cosa de cinco minutos, mira tú qué casualidad, llegamos a nuestro destino, una casita de madera en la playa que sería el hogar de mis churumbeles, un destartalado orfanato que llenaríamos de vida.
Qué bonito, cuanto sentimiento altruista entre paisajes paradisíacos pero aquí debió entrarme la vagancia creativa y mi cerebro parece que decidió poner el piloto automático, lo que sigue a continuación me deja desolado, pero así fue:
Cuando llego con mis guarretes a la casita resulta que un malvado hombre gordo de traje con sus esbirros también de traje (pero estos flacos y con gafas de sol) pretenden tirar la caseta y construir en su lugar un elitista club social… aaaaaahhhh, Dios mío, cómo puedo ser tan cutre!!!
A partir de aquí los recuerdos son vagos ya que he tratado por todos los medios de olvidar esto, pero por si a alguien le interesa el destino de los niños sin más comentar que desaparecen y no se vuelve a saber de ellos.

Al final construyen el club social.

Más al final le prendo fuego.

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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krtx dijo...

Yo el otro día soñé que, jugando al 'que te pillo' en las escaleras de emergencia de un bloque de apartamentos con unos amigos, uno de los míos se torcía la rodilla y se iba de morros al suelo.
Yo, que ante todo soy buen amigo, llamaba a una de las puertas en busca de socorro, a lo que un viejo pellejo me sale a preguntar que qué coño quiero a esas horas... (¿qué hora sería? no lo sé)
Cuando le digo al viejo pellejo que a ver si me deja una bolsa del Eroski con unos hielos para la maltrecha rodilla de mi compinche, me dice que... ¡de esos temas se encarga su hija! ¿wtf?
Cuando su hija sale con la bolsa de hielos me doy perfecta cuenta de que se trata de ¡Malena Gracia! La cual para colmo, se acerca a mi amigo, le palpa brevemente la rodilla entre gritos de espanto de éste y termina concluyendo la muy ***:
- "Uy... ¡qué mala pinta! Ésto va a ser rotura de ligamento cruzado anterior, ¿eh?"
En ese momento, ya totalmente "golpeado" por el tufazo bizarro de la historia, me arranqué a mí mismo del plácido sueño y entendí, en ese preciso momento que soñar no es lo mío.

Anónimo dijo...

¡Ay Gallego! Te veo muy vago, no nos dejes con la miel en los labios, el proletariado ansía que nos dediques un poco más de tiempo aunque, ¿Qué es escribir sino hablar con uno mismo? Regálate unos minutos hijo...

El Chino Blas dijo...

Dejar de ser vago, pff que pereza
Se intentará, pero lo de la vuelta al cole no me está haciendo ninguna gracia