13 septiembre 2006

Momentos únicos fugaces

--------Toca post ñoño, pero espero que participativo-------

Guardo en mi memoria un puñado de momentos muy especiales por haber sido compartidos éstos de forma muy íntima con alguien, un amigo, la pareja de entonces, un desconocido...
Personalmente no me gustan las multitudes ni montar Shows para que me aplaudan, creo mal rollo cuando cuento chistes y meto la zarpa con facilidad, soy malo en ello y no disfruto (como con el fútbol).
Me considero una persona de distancias cortas, es sólo en esos momentos cuando realmente me muestro como soy, tengo gracia, se puede hablar conmigo de cualquier cosa... me esfuerzo en ver las cualidades que hacen especial a la persona que está conmigo y se las hago notar para que realmente sepa que estoy agusto, que la aprecio y que conmigo puede bajar la guardia; eso si lo sé hacer y disfruto enormemente con ello, (creo que toda esta chorrada surge de un gran defecto mío, y es que sólo cuando me puedo dedicar exclusivamente a alguien soy capaz de tomar consciencia de que es una persona, de que tiene ideas, deseos, frustraciones, de todo lo que tiene de forma natural y yo mataría por poseer, de sus movimientos, las inflexiones de su voz, de cómo me toca cuando lo hace y cómo puede ser tan absolutamente distinto a mí. Necesito todo eso para que el tiempo compartido signifique algo, esto hace que me pierda muchas cosas, pero de vez en cuando me caen del cielo verdaderas joyas con ojos).
Recuerdo ocasiones con personas que no conocía mucho, o que incluso ni me caían bien y que, por alguna circunstancia, pasamos una par de horas o de días juntos inolvidables.
Quiero que me conteis momentos vuestros, a ver que tal sale, para comenzar voy a contar uno mío, no tiene aventuras ni grandes romances, pero lo tengo grabado a fuego. Allavá.

Nos remontamos a 1997 cuando yo tenía 18 años; por motivos extraños que no vienen al caso a todo mi curso nos prohibieron hacer el viaje de fin de estudios (una bonita historia que confluye en el momento único de mi amigo Farruco ante el tribunal recitando la frase que ahora comenta el blog: "No estoy orgulloso de ello, pero ha sido divertido"), esto nos lo dicen a un mes antes de irnos, con lo que ya teníamos bastante dinero y ganas.
-¿Que hacemos entonces?
-Toda la pasta para alcohol comunitario y nos vamos de acampada a Cies.
Para quien no lo sepa las Islas Cies son el paraiso en la tierra: tres islas, dos de ellas unidas por playas de ensueño, preciosos pinares, increíble fauna autóctona, más playas, acantilados y un fondo marino de película (aunque hace algún tiempo estuvo bastante dañado).



A este lugar es bastante habitual acudir en verano para mezclarse con el resto de la chavalería, montar fiestas playeras y todo lo obvio. Y allí fuimos unos 40 pollos a pasar 10 días.
El primer día estábamos como toros sin haber pasado por el picador, nos divertimos mucho; mucha priba, ganas de fiesta, amigos, tonteo, playa...
Al día siguiente hicimos un poco de turismeo de rigor, admiramos paisajes y nos instalamos debidamente en la zona de camping, que está en un precioso pinar a orillas del océano.




Esta foto está sacada en invierno, con el camping cerrado, las tiendas se montan entre los pinos que se ven.
Pues este bonito día montamos la madre de las fiestas. La hilera de personas llevando neveras a la playa mientras anochece me recordaba a las pelis de tarzán, a esos porteadores llevando paquetes sobre la cabeza entre árboles y fieras salvajes antes de empezar a caerse por precipicios o ser arrastrados por leones.
Montamos un par de tiendas inmensas para tener un centro social y la fiesta fué tomando forma.
Entre roce, mamoneo y juegos varios no sé por qué me había tocado meterme en el agua. No problem, allá voy corriendo como alma que lleva el diablo, piso una botella que algún desgraciado había dejado abandonada en la arena y me pego una señora ostia. Desentierro mi cara de la arena y veo que tengo el tobillo mas hinchado que el cabezón del Migui.
La siguiente semana entera me la pasé practicamente sin salir de la tienda.
Al tercer día de estar en Cies, tremendamente aburrido, vino a visitarme una amiga; siempre me había caído bien y yo le veía cierto atractivo, una chica tirando a bajita, con un bonito cuerpo, nada ñoña... solíamos coincidir bastante en casa de un colega común donde íbamos a hechar canutos.
Al tiempo de estar en la tienda, a mí empezó a darme pena el que todo el mundo estuviese disfrutando de la playa y ella cuidando de mí, me decía que la playa no le gustaba y que conmigo se lo pasaba bien. Entonces decidí que debía ser yo quien cuidase de ella.
Tuvimos intensísimas conversaciones, otras triviales y entretenidas, yo le hacía masajes en la espalda (de lo poco útil que me ha enseñado mi madre) ya que se le solía cargar y así devoramos horas y días completos.
Por supuesto cuando la gente venía a la tienda (ya que yo estaba instalado en una enorme tienda que reunía a toda mi cuadrilla en los momentos de fiesta) solían tocar bastante los cojones, típico de chavales, pero a mí no me importaba la más mínimo, me sentía afortunado y feliz.
Yo la veía como a Hayley, de Hard Candy (echad un ojo), totalmente seducido.
Para quien quiera oir algo de morbo tengo que decir que no sucedió nada, ni siquiera nos besamos, pero pocas veces he hecho el amor con la intesidad con la que la desnudaba para acariciarla, cómo le susurraba al oído, el placer de arrancarle una risa, cómo se quedaba dormida abrazada a mí...
Los días pasaron y llegó el de la despedida, la última noche. Fuimos como de costumbre a un bar que está en frente de una de las playas.



Allí nos cogimos la toña de rigor y bajamos varios amigos a la playa con la intención de ver la lluvia de estellas anunciada para ese día sobre las cinco. Allí disfrutamos del anochecer mientras bebíamos champán de la cáscara de un melón y nos poníamos ciegos de marihuana.



Y allí entre tragos, la americana que se cogío tal ciego que ¡¡¡se meó encima!!! con el consecuente descojono de TODO Cristo, Farruco haciendo el delfín y mas joyitas, nos dieron las tantas y empezó el espectáculo de las estrellas, no se si realmente era una "lluvia de estrellas" no entiendo del tema, lo que vimos fué una cantidad terrible de estrellas fugaces grandes como bombonas de butano en todas direcciones mientras, sentados en la arena, la abrazaba por detrás.

Y así terminó todo, ya en el barco de vuelta ni siquiera volvimos juntos, no volvimos a tocarnos más, ni a hablarnos sinceramente ni nada. Aún no comprendo por qué pero los dos teníamos clarísimo que tenía que ser así, y así fué.
En Cies conocí una gran persona que me hizo sentir muy bien, pero allí quedó todo; en los pinares, las playas, los faros, los acantilados...
Espero que estés bien Andrea.

13 comentarios:

krtx dijo...

¡Este post me alarma terriblemente!
Llevo ya un buen rato pensando en algún Momento Único y Fugaz y no recuerdo ninguno.
¿Es que acaso yo nunca he tenido de eso?
Diox, qué agobio. Seguiré pensando y si no se me ocurre ninguno caeré en pena.

Anónimo dijo...

Hace ya un año, por cosas de la vida, tuve que irme a vivir a un piso sólo por un mes. El piso estaba muy bien, y vivían allí un chica argentina muy maja, un fulanito indio también bastante salado y Jonathan.
Yo siempre he vivido entre músicos y eso es algo que ahora echo mucho de menos.
Solíamos intentar coincidir a la hora de comer y, sobre todo, por la noche; y era ahí, en la noche, justo después de cenar y decirnos que nos íbamos ya a planchar la oreja, cuando alguno soltaba algo sobre un disco que se había agenciado o algún concierto que se iba a montar en breves. La jodimos tía paca, pasábamos de la mesa a los sofás y comenzaba alguna de las interminables conversaciones.
Yo incluso por momentos sentía cierto pudor por verme totalmente alterado y extasiado al estar hablando de Chet Baker o cualquier otro; me sentaba derechito en el sofá, bajo el volumen y velocidad de mi speech y continúo hablando... ¡A tomar por culo! (como diría el sabio), esto dentro de un mes se va a acabar y ya no vuelvo a hablar de música, me voy a desquitar de años de represión, éste se va a cagar...
-POR QUE NO ME VAS A NEGAR QUE EN "LIVE IN MILAN"...
y lo mejor de todo es que él lo vivía de forma igual de intensa y apasionada que yo, y así pasaban las horas.
Al día siguiente:
-Muy buena la cena, oye tío, me voy a echar ya, que hoy no me puedo liar.
-No, yo tampoco, que hoy dando clases casi me muero... por cierto, ¿sabes aquel guitarrista que grabó con Miles Davis en...

No hemos podido volver a quedar aún, espero hacerlo. Recuerdo aquellas conversaciones con la misma calidez que de crío, en las noches de verano, cuando nos solíamos juntar varios, nos subíamos a un arbol del parque y contábamos historias de miedo (ríete tu de Don Siegel)... pero, como diría Conan, eso es otra historia.

krtx dijo...

Siendo yo niño, durante las vacaciones de verano recuerdo que me disponía un día a salir a la calle a jugar con los coleguitas, cuando me topé con mi hermano en la entrada del salón. Llevaba en las manos una carabina que me regaló mi tío en mi comunión.
Nada más verme, me llamó y yo me acerqué a él. Me enseñó la carabina. Estaba descargada.
- Está descargada, ¿lo ves? pues ahora ya no.
Se metió la mano en el bolsillo buscando un perdigón, lo colocó y me encañonó el pecho.
Después me miró a los ojos muy tranquilo y apretó el gatillo.
Cuando oí el sonido del disparo, algo en mi cabeza hizo clic. Me quedé ahí de pie, petrificado y al segundo noté una extraño sabor de boca. Era una mezcla de indignación ante la Alta Traición de mi hermano y de desesperación al pensar que no podía acabar así todo.
El truco estaba en que cargó la carabina con aire, pero no con proyectil.
No me enfadé con él (inmediatamente), sencillamente no me inmuté, ni él tampoco. Y a partir de ahí algo cambió me forma de pensar, de un modo u otro. Mi hermano nunca sabrá lo que hizo y deshizo en aquel momento; que se joda, el sólo se quería echar unas risas. Más tarde lo pagó.
No obstante, odio las armas.

El Chino Blas dijo...

Este debería pertenecer a: "momentos únicos, fugaces y periódicos".
Como nó se trata del Festival de Cine de Terror (Cuando toque, que es dentro de nada, ya me explayaré agusto).
Una vez al año nos juntamos un grupito de gente, y digo grupito porque aunque seamos varios cientos con cada edición vas conociendo a más de los asiduos, hasta que ha acabado por convertirse en una de esas sesiones de peli de miedo en casa de algún colega, pero con un salón muy muy grande.
Es un festival muy familiar, donde el público tiene un muy alto nivel de conocimiento de la materia además de ser nuestra voz muy respetada. Esto desemboca en intensas tertulias a grito pelao en mitad de una peli. O, lo mejor de todo, cuando la peli es mala de cojones, el linchamiento verbal al director o actores de turno que hayan ido a presentarla.
-PEROOO... ESTA PELIII... ESTA PELI ES UNA MIERDA NO?.
(Risas del resto del público)
-Lo que pasa es que es cine independiente de bajo presupuesto, no como el cagarro de "la monja", que con un millón de euros también hago yo películas (Dice el director).
-SI YAAAA... PERO VAYA MIERDA DE PELICULA QUE HAS HECHO CABROOOON, MUÉRETE YA.
-(Todos como hermanos nos unimos)MUEEEREEETEEE!, MUEEREEREE!!, MUEEEREETEE!... ... puto borrachooo!.
Me encanta esta gente, una semanita al año una bajada a las cloacas sienta de lujo.

El Chino Blas dijo...

A ver si alguien más se anima, coño!
Este que cuento ahora es poco poético pero me marcó mucho.
Tendría yo unos 16 años y estaba en casa de un amigo, tiene una casa muy grande a las afueras de Vigo y allí íbamos de vez en cuando a celebrar algún cumpleaños, o simplemente a montar jarana.
Uno de esos días estábamos de okupas unos 4 zagales, nos acabábamos de despertar después de una dura noche de fiesta y estábamos en uno de esos momentos tan agradables en los que te dedicas a pasar el tiempo mientras ese sol dominguero ilumina tu rostro.
Yo me quedé a solas con un amigo (prefiero no decir su nombre, quizá no le haga gracia), aunque somos mundos totalmente opuestos nos llevábamos bien y era notable el respeto y la admiración mutuos.
Este chaval era posiblemente el malo más maloso del colegio, podía apalizar a un crío como soltar uno de sus -"cállate baboso" que llenaban toda la habitación con su sonoridad y contundencia, de su boca sólo salían grandes verdades y justicia arrolladora, admirado y respetado por todos. Yo, por aquel entonces, era la diplomacia hecha carne, gozaba buenos amigos en casi todos los grupos, las chicas no eran seres extraños ni temibles para mí y tenía buena relación con profesores y demás mandamases, mi especialidad era potenciar y promover las habilidades innatas de cada uno para que el conjunto disfrutase de bonitas gestas, "No estoy orgulloso de ello, pero fué divertido" ... recuerdos...
El caso es que por nuestras cualidades personales formábamos un buen equipo, llevamos a cabo grandes hazañas que se transmiten de abuelos a nietos en las frías noches de invierno:
-...así fué, querido xurxiño cómo consiguieron que una pillada de una pintada vil en el patio del colegio acabase convertida en un graffiti artístico y subvencionado por la directora, aunque se comenta que ese dinero se invirtió en oscuros negocios.
-Abuelito abuelito no entra en mi pequeña cabecita tamaña proeza, ¿cómo lo consiguieron?.
-Ahora no, tienes que irte a dormir, pero como adelanto te diré que la pieza clave fué Gabriel y su pasión por imitar a Sergio Dalma subido a una mesa unido al acceso ilimitado al material de fotografía del que gozaba uno de nuestros héroes.
-Gracias abuelito.
-Buenas noches Xurxiño, no te olvides de rezar por las almas de "Gallego" y "Sicario", que tantas veces se han jugado la piel por el bien común, seguramente estén disfrutando de toda su gloria tumbados bajo una palmera.
-Seguro abuelito, yo de mayor quiero ser como ellos!
-Pequeño Xurxo, es una vida llena de aventuras pero también de riesgos, debes estar alerta en cada momento, dormir con los ojos abiertos, conocer multitud de artes y oficios así como manejarte con soltura en los campos de la extorsión y manipulación (bendita manipulación).
-Jo abuelito, no sé si podré, creo que soy muy tonto y feo.
-Cierto Xurxiño, no eres muy espabilado y eres terriblemente feo, pero seguro que tienes alguna habilidad que podamos explotar...
-¿Qué dices abuelito?
-Nada pequeño, nada... duerme anda, a ro ro, a ro ro, mi nietecito bonitoooo...

El tema es que aunque buenos amigos no sabía demasiado de él, era un hombre serio, callado, atormentado... así que ese día me sorprendió muchísimo que comenzase a hablarme con total naturalidad de sus sentimientos más profundos.
El chico había perdido siendo muy niño a su padre en el mar, y me contaba que nunca fué capaz de asumirlo, así que se había encerrado en sí mismo y decidió ser malo por voluntad propia, la vida le parecía una farsa donde nada ni nadie merecía su más mínimo respeto. Lo más increíble era lo consciente que era de sus sentimientos y actitudes, no había bacilación por ningún lado.
Yo escuché aquel speech de más de media hora totalmente absorto, impresionado, me estaba contando a mí, miserable mortal, todos sus terribles pesares, la relación con su madre y amigos, su visión de la vida,... todo. Un auténtico despiece del pimer amigo hombre que he tenido.
Acabó el speech y charlamos un poco más, luego bajamos al salón y nos juntamos con el resto.
Por suspuesto jamás se repitió esa conversación ni nada parecido, pero desde entonces mi respeto hacia él, que no era poco, llegó al máximo. Comprendía todo lo que hacía o decía, incluso cuando le zurraba a algún chaval lo contemplaba fascinado.
Zúrrale amigo, zúrrale.

El Chino Blas dijo...

Pues yo me lo guiso y yo me lo como, mira me bien para recordar cosillas.

Chan ta Chaaaaaaan: Mi Primera Ópera.
mmmm mi primera ópera, tenía yo 18 años, recien llegadito a Donosti, y todo el veranito sólo en un piso muy coqueto. Brilla el sol, guiris a patadas y mi única preocupación era cantar y aprenderme un poco de teatro.
Lo bonito de las óperas son los meses de preparación, ese momento en el que te levantas de la cama (a las 4 de la tarde)coges tu carpeta que chorrea partituras y sales pitando al teatro. Llegas, un paso por vestuario a seguir probando el pantalón que a ver si por fin me lo ajustan, y a los camerinos donde te encuentras a 20 mosqueteros con una bota de vino y contando chistes guarros. Te sientas a descansar y te das cuenta de que eso se ha convertido en rutina (y digo rutina restándole toda mala connotación que tanto se le atribuye), preciosa rutina. Mi universo actual se centra en conseguir hacer bien de borracho mientras el príncipe me dicta una carta que he de enviar urgentemente... soy feliz.
Mucho esperar entre amigos, un poco de cantar, cantidades ingentes de marujeo que siempre hay en toda ópera, nervios que tengo que salir... ¿que venía ahora? aaaa! menos mal que el dire ha parado para decirle algo a la soprano.
Y esos momentos en algún descanso (nosotros que tenemos en nuestro organismo un cronómetro que nos indica que si no vamos pronto a un bar reventaremos) cuando íbamos a echar una cerveza al bar de enfrete, todos maquillados, con pelucones, sombreros con pluma espadas...
-¿Cuantas cañas son?
-¿Cuantas tienes?
Y esas botellas de champán que nos sacaban por la jeta: cuatro cantos, hacer un poco el mono y algún alma caritativa nos invitaba.
Como nó, los días de fiesta multitudinaria, esos que salímos de fiestas TODOS: solistas, figurantes, maquilladoras, las de vestuario, utilleros, maquinistas, regidor y su tropa de ayudantes... mucha gente con ganas de fiesta y de que sucedan cosas para poder marujear al día siguiente en el siguiente ensayo.
Muy bonito verano, tras esa hemos pasado ya por muchas óperas, pero ninguna con tan buen rollo como aquella "Cenerentolla".
Y ahí fué cuando muchos de mis compañeros comenzaron a ser amigos, y otros, grandes amigos. Un beso gordo Gorka, a ver si recuperamos nuestros años mozos!

El Chino Blas dijo...

Pues otro señora! ¿que quiere 3? pues se lleva 4!.
Llevo pagando el alquiler de este piso casi un año, pero en realidad llevo mucho tiempo viviendo en él. En este piso vivían antes tres grandes amigos: Ekaitz, que aún sigue conmigo; Alex, mi queridísimo Alex que tanto hemos compartido y Miguel, el hermano que nunca quise tener.
Además de estos tres seres te puedes encontrar por aquí un nutrido grupo de individuos a cada cual más peculiar: Mi amado Alvarito (sigo tocándome pensando en tí), Aitor (Mr Glamm), el pequeño Joxelu (que no escribe comentarios), los clásicos Iñaki y Asier, Joxerra el feliz, las chicas de psicología, Raúl, los chalados de la cuadrilla de Ekaitz, Gorkita de mis amores, mi queridísima Itxaso, Ivana y sus cantos de sirena (sirena de ambulancia), y muchos más que han ido pasando por aquí y dejando huella, sobre todo en el parquet del salón.
Como decía, yo ya metía horas aquí como un campeón. Uno de esos momentos fué un mi cumpleaños, quizá esto ni signifique mucho para quien lo lea pero para mí es verdadera amistad: creo que fué el dia que yo llegaba de la boda de uno que canta conmigo; por supuesto llegué con una castaña considerable y aquí estaban esperando mis amigos más cercanos. Me dieron la sorpresa sorpresosa, felicidades y una tarta de chocolate con velitas y unas letras que rezaban "felicidades del Señor Mojón" o algo así.
-Bravo, bravo, que bien besos, gracias Naiara guapa.
-No si yo no he participado en esto.
-Bueno da igual, gracias por venir.
-En realidad venía a hacer un curro en el ordenata de Alex (Justo donde estoy sentado ahora mismo, mada huevos).
-Bueno coño, pero te alegras por que aún no me he muerto no?
-Si.
-Pues gracias guapa.
Y llega el momento de los regalos; es un momento que a mi me pone inquieto, y es porque no soy capaz de disimular cuando algo no me gusta.
-Regalitos, regalitos, a ver que es, ¿una moto?, ¿es una moto grande y gorda?, Eso si que me gustaría...
-Toma, toma y toma.
Mira chico, sé que había algo que sí me gustaba pero no lo recuerdo, otro regalito era una alfombrilla para el ratón de South Park (Objeto que nunca he usado, pero era bonito a la vista) y una cosa fea de cojones: un cacho de caña, pintado, así como con unos dientecitos... y un palito.
-Qué cojones es esto.
-Un rascador.
-¿Y qué me tengo que rascar con esto?
-No, lo frotas y hace ruido.
-¿Para qué?
-Es un instrumento musical.
-¿Esto?
Visto que el único que hablaba era Alex y la carita de perro abandonado que se le estaba poniendo, obvimente el regalo había sido elegido por él, con todo la buena voluntad del mundo, no lo dudo, pero manda huevos Alex. (Este es el momento que conservo intacto, la cara de Alex, mezcla de decepción, de "coño podías mentir un poco" y un "pues a mí me gusta").
Por suspuesto la pregunta de rigor.
-¿Te gusta?
-No.
-¿Cómo que no?
-Nada, no lo voy a usar en mi vida y es muy feo, ostia pero qué feo es... pero gracias de todos modos.
-... (aquí creo que venía un "hijoputa" de esos típicos de Alex o algo similar).
Y es que me ví incapaz de mentirle, es mi amigo, lo aprecio un huevo y no vamos a empezar a estropearlo ahora.
Todo esto tiene una continuación, y es cuando tocaba el cumpleaños de Alex, y yo le regalé una cabeza reducida de Isla Margarita, algo que a mí me encantaba, pero parece ser que sólo a mí. El caraculo de él no baciló en decirme lo fea que era, el mal rollo que daba y que seguramente le daría alergia; cosa que yo aprecié como un gesto de verdadera amistad... idiota.

El Chino Blas dijo...

No sé cómo no se me ha ocurrido antes... señoras y señores: El concierto en Gros!
¿Cuando fué esto Alex?, el año pasado o hace ya dos, cómo pasa el tiempo... el caso es que era una época que estábamos tocando bastante fuerte, teníamos un grupo de mucha calidad individual y estábamos yendo a clases de un excelente maestro en Hendaya (a ver cuando le pagamos lo que le debemos). Teníamos ya un buen repertorio para montar un par de conciertos y en cuanto a soleos estábamos bastante fuertes.
Por mediación de esta gente conocimos a unos tipos muy majos, tenían montado un grupito de calidad individual bastante pobre, pero el grupo sonaba realmente bien; muy fiestero, divertido.
A mí siempre me ha gustado tocar con ellos, no eran tan académicos ni tan puristas como nosotros (centrados única y exclusivamente en música africana occidental) pero era muy divertido tocar con ellos.
Un día tocando no recuerdo dónde una de las chicas me comentó que les había salido un concierto en Gros, en "El Muro", en ese momento les faltaba algún miembro así que me ofrecí para que pudieran ensayar ellos, mantenerles el ritmo y que nadie se fuera de madre. Yo me quedé acojonado de cómo tenían el valor de presentarse en un concierto llevando los temas tan flojos, así que cuando me comentaron de participar en el concierto me hice el loco.
Llega el día del concierto, estamos Alex y yo en mi casa, con unas ganas de tocar que no aguantábamos y ningún plan a la vista.
-¿Oye Alex, y si nos presentamos en el concierto, a ver que pasa?.
-Vale Alex.
Djembés al coche y pitando a Gros.
Cuando llegamos el garito estaba bastante lleno, pero aún faltaba casi una hora para el concierto; les decimos para participar y nos aceptan encantados y agradecidos, pfff qué ganas.
Después de 3 cervecitas y algún canutillo loco alguien nos dice que vayamos probando.
Yo no tenía ni idea de qué sonido tenían ellos, ni que sonido se supone que debería tener yo ni... coño... ni siquiera qué ibamos a tocar.
A un par de minutos le pregunto a Sandra (una chica muy simpática, guapísima y con buen gusto tocando):
-mmm... estoooo, con qué empezamos.
-No te preocupes, son todos clásicos. Empezamos con Djola, tú vente conmigo a la segunda voz.
-¿Djola eh? (yo que siempre he tenido memoria de pez)... y esto... el Djola como iba más o menos?
-Kuru pá kurú pa ta koro, kuru pá
-Añ vale, venga.
Así comenzó el concierto, me tenían que chivar las canciones al oído porque, aún siendo todas conocidas, no conseguía emparejar ni un nombre con un ritmo.
En un grupo de percu africana siempre hay alguien que tira del carro, hace las señales para los cortes, y va llevando el tema según lo siente él o ve que el público lo pide. En este caso era un chica bastante sosilla, de estas que hablan en un murmullo y, por supuesto, tocando era igual.
Chico, yo no me enteraba de nada, que si hay un corte y todos parados menos algún soleo... y yó, dándole caña a la cabra, hasta que recibía un codazo de Sandra.
-Soooooo.
El concierto ya estaba bastante calentito y yo queria tocar.
-Yo quiero tocar!.
Así que en algún tema bastante salsero, cuando creí mas o menos que la jefa se había abierto a propuestas (o de eso me atoconvencí yo) dije: -Esta es la mía, se va a cagar la perra.
El ritmo la verdad es que ayudaba mucho, comencé a tocar como nunca, buen volumen y sonido bonito... y mil ideas; ahí perdí el Norte, me desentendí de lo que oía, lo que tenía delante... creí cerrar los ojos ya que no recuerdo nada... y a tocar, la música no pasaba por mis manos, directa de la cabeza al mundo.
Y en este mundo feliz estaba yo cuando noté ciertas perturbaciones negativas en mis vibraciones cósmicas, yo ni puto caso, al tiempo (a saber cuanto) me dejan caer desde el techo a la silla y empiezo a despertar poco a poco, cuatro golpes y acaba el tema.
Yo aún un poco ido miro a mi izquierda y veo a Sandra hecha una bola arrimada contra la pared. Me dice algo, respondo pero la verdad es que ni me acuerdo qué sucedió.
Lo gracioso es que un amigo estaba grabando el concierto en vídeo, y repasándolo en casa veo mi solo:
-A ver a ver, que chulo, ya verás.
Mientras estaba tocando y entro en catarsis le estaba soltando unos codazos a la pobre mujer que tuvo que dejar de tocar y echarse a un lado, ella me decía cosas y yo ni puto caso (sólo me faltaba poner los ojos en blanco y echar sangre por algún orificio). Al final del tema ella, entre risas, me comenta lo que ha pasado, yo la mira como la vaca que ve pasar al tren, respondo algo sin absolutamente ningún sentido y pregunto cuál es el siguiente tema.

El Chino Blas dijo...

Momento único: Hace 15 minutos.
Entro en una sucursal del Guipuzcoano, todo chulo yo enfundado en cuero del traje de la moto y con el casco debajo del sobaco. ¡Vaya estampa!, ¡Qué poderío!.
Sorteo hábilmente a la cola de gente y me voy al despacho de Iker, el director. Yo ni me acordaba de su cara, pero ahí nos ves a los dos saludándonos a grito pelao y fundidos en un abrazo (cuando hay dinero de por medio...). Le entrego un par de papelotes y nos despedimos efusivamente:
-Bueno, a ver cuando vienes con más tiempo otra vez, que tenemos que hablar tranquilamente de un par de cosas.
-Claro que sí hermoso, besos a la familia.
El buen hombre me acompaña hasta la puerta del despacho y nos plantamos en mitad de la sucursal.
-Bueno, lo dicho eh?
-Si.
Entonces, artista de mí, me giro 90 grados hacia la puerta y me encuentro de morros con una columna; ahí me quedo un rato yo con la cara pegada a mi nuevo amor... de gotelé! (pobre naricita mía).
Despego mi cara y me empiezo a partir el culo yo sólo, Iker mirándome con cara rara, los de la cola tal cual, las tres cajeras preguntándome si estoy bien... y yo frotándome la nariz mientras sangraba por un dedo.
Cual torero rematada la faena me despido de todos en un tono excesivamente alto, agitando la mano como el papa y atragantándome con mi propia risa.
Seguro que al llanero solitario no le pasaban estas cosas.
PD: aaaaich, duele.

krtx dijo...

Jo, acabo de recordar uno que no es que me marcara mucho, pero que me hizo gracia:
fue una noche, saliendo de la casa del Gallego y compañía, después de un kinito-homicida (como no puede ser de otra forma) y disponiéndonos a coger unos taxis a villa-txatis usea el Ezpala del casco viejo.
A principio del camino existían dos grupos difusos. En el grupo de delante, Ekaitz dejó caer algo a la papelera pública. Muy pocos notamos este sutil detalle, es más sólo Joxelu y yo, aunque el pobre Joxelu, tal vez consumido por el chisporrosillo momento etílico no dudó en meter la txola entera en la papelera al grito de:
- ¡Eh, Ekaitz! ¡Eso que has tirado a la papelera echa humo...!
Yo, pobrecito de mí, a unos diez metros de la tragedia tuve zumbando los oídos aproximadamente dos horas después de que reventase el katxo-petardo tamaño antebrazo que el angelito rubio tirara a la puta papelera.
La cabeza de Joxeluis la encontramos a poco buscando debajo un coche; con un par de kubatas ya no se notaba tanto la asimetría de los ojos. La chamusquina de la frente costó un poco más que saliera.
Como he dicho, me reí mucho. Sobretodo por lo cómico que me parecía estar todo alcoholizado y no oír mis propias carcajadas. Qué poco hace falta para hacerme feliz.

Alexandre dijo...

Alex, el rascador....bueno, voy a ser sincero que si no el pringao soy yo.
Ekaitz, Miguel y yo. No teníamos ni puta idea de qué comprar a un tío que ya tiene un iPos. Llegamos a la tienda de instrumentos que hay al lado de BuenPas...rebuscamos, bajamos al sótano, mientras bajamos, nos encontramos delante nuestro un escaparate de txuminadas. Yo lo ví, y tb ví que Miguel lo había visto, yo no dije nada. Seguimos rebuscando y no encontramos nada. Preguntamos por las txuminadas al tipo y Miguel suelta un:
- Qué es esto?
- Un rascador.
- Es un instrumento musical, no? Seguro que a Alex le gusta.
Ekaitz callado. A mí se estaba cayendo un lagrimón que te cagas de la risa, pero no aguantaba más aquella indecisión de entre los tres de "a ver qué coño le compramos al Gallego que no sean percebes".
Y dije:
- Sí. Seguro que hacemos algo con él y los djembés.
Bueno, me alegro que te hayas esforzado en ocultar que no te gustaba, ya lo sabía antes de verlo en la tienda. Pero que conste que te dije lo de Rodrigo (así se llamaba la cabeza esa) un par de meses después, cuando me preguntaste dónde andaba.
El día que me lo diste, te dije:
- Muchas gracias, Alex!
Cual capullo. Sabes que hablo poco.

AAh!!! Tengo un momento, no sé qué te pareció a tí...pero el mismo día de la chapuza del concierto (era benéfico, para ayudar a los afectados por el tsunami) en "El Muro"...cuando nos tocó tocar los dunes. Hicimos alguna chapucilla, a mí me sonó todo de miedo, la verdad que ni me enteraba...solamente al final que miro hacia la gente, y todos mirándonos y bailando (que conste que cuando estábamos con los djembés no bailaban mucho).
Tú ni te enteraste, seguro.

Por cierto, Dios es un caraculo.

El Chino Blas dijo...

Vaya final de concierto que nos casacamos Alex, fué incríble, creo que la vez que mejor me lo he pasado tocando dunes.
Eso si, llegamos tú y yo de okupas... -Que queremos dounoumba y sangbang
-Vale, qué quereis que hagamos
-O nada o un 4/4 siguiéndonos, pero bajito, sin perturbar.
Te acuerdas que hasta me salió volando una baqueta.
Pfff sólo de recordarlo me entra un calentón.
Con dos cojones! soleando con dunes, jajaja la verdad es que nos lo curramos.
Ojalá te vengas otra vez a vivir a Donosti Alex, me gustaría recuperar muchas cosas.

Anónimo dijo...

como que no escribo comentarios!jeje, cierto es, pero es que me parto con los vuestros y los mios no son tan originales :( , seguire pensando..

p.d.por las noches sigo escuchando un piiiiiiiiii