02 mayo 2007

Wakamongui

-¿Qué es Wakamongui?
-Wakamongui es eso que sientes al ver que el fulano a quien estas retando a chupitos cae redondo al suelo.
-Wakamongui es cuando te despiertas resacoso y ves que estás abrazado a una bombona de butano en vez de al butanero como te sucedió la semana pasada.
-Wakamongui es ver la cartera al día siguiente y comprobar que te han sobrado 5 euros!!... de los 70 que sacaste ayer.
-Wakamongui es coger la ola perfecta mientras tu chica te sonríe desde la orilla.
-Wakamongui es ponerte una camiseta y sentirla en tu espalda...

Así es pequeños amigos y amigas, hace un par de días el aburrimiento llegó a mí, ese sentimiento tan peligroso que me suele empujar a curiosas tareas que hacen que tú te rías mientras yo las cuento tapándome media cara con la manita; no me importa, soy un mártir de tu divertimento.
Estando este puente en Galicia el último día apareció un agujero de varias horas en mi agenda debido al vil abandono de mi madre y a la curiosa actitud de mi muy mejor amigo de la infancia que decidió hacerse el loco y pasar de mí. Esto unido al proyecto de rehabilitación estética que mi cuerpo pedía a gritos sólo pudo acabar de una manera posible que casi consigue entrar en el selecto club de "gallegadas"...
Me acerco a un local cercano en el que me había fijado minutos antes por su colorido, pero sin ninguna intención de darle uso, entro con la firmeza de un titán, miro a los ojos a la fulanita que atendía y con voz firme y poderosa grito:


-Hola guapa, vengo a que me depiles.


Yo qué se, me dio por ahí chico... para arrojar algo de luz sobre la sombra de dudas que nublará tu mente he de decir que poco antes había estado con una gatita (mua mua mua! guapa!) que me había preguntado sobre mis planes para esas horas fatídicas, yo bromeando le dije que me iba a depilar entero ja ja, a lo que me respondió:

-No hombre entero no, entero no... pero mira, esto de aquí y un poco por allá, y desenmatojar algo esto...

Malrayoteparta! ¿Donde están ahora tus dulces palabras que proclamaban mi inmejorable imagen de Robert Mitchum?




Da igual, no me importa y no te castigaré por semejante afrenta; es más, siendo un hombre autocrítico y sin miedo a cambios ni nuevas situaciones como soy te voy a dar una sorpresita.

Así que allí estaba yo, con el pié sobre el pedrusco conquistado, el viento de frente agitando mi revuelta melena y mi dedo señalando al horizonte... así como diciendo: -luego vas tú chaval.
-Pues espera aquí un ratito que la chica que te va a atender acaba ahora.
Ay Dios!! pero que estoy haciendo!, bueno, de perdidos al río, ya se sabe lo que toca ahora no? esperar sentadito con aire desenvuelto mientras ojeo esta revista tan mona de... zapatos?! con cara como de que me interesa mogollón porque soy un hombre de hoy y entiendo de estas cosas por Dios y por todos los santos no me hagas dolor que dentro de lo que cabe soy buena gente y, uy! 695 euros unos putos zapatos!!! la madre que los parió por esa pasta me dejo yo depilar hasta las pestañas con cera, joder que dolor, eso es de lo que las mujeres siempre se quejan no? cuando se quedan sin argumentos siempre dicen lo de la depilación... bueno lo del parto también... yo siempre he pensado que no debe ser para tanto, pero como no hay manera de que un hombre pueda comprobarlo pues se han unido para tener algo que echarnos en cara, mira que son listas eh? teníamos que hacer algo parecido los tíos... -Parir? vaya chorrada! sacudirte el pito después de mear, eso sí que es dolor... aunque la verdad es que nunca he escuchado ninguna mujer decir, bah! pues yo he parido cantidad y no es para tanto... a ver si va a ser verdad... y lo de la depilación también... 1300 euros!!! vale que tiene tacón de cristal de Swarovski pero esto es totalmente ridículo... faltará mucho? ahí viene una tipa... voy a poner cara como de que no se me está haciendo eterna la espera.
-¿Alex? cuando quieras puedes pasar.
-mmmm
Por supuesto antes de ir tienes que hacer como que acabas de leer el artículo con mucho interés...
-...que lo combinarás sin problemas con la falda beige de Cacerolo punto y finalll. Venga vamos, que estoy impaciente.
Allá voy yo, pensando en que si la tele no fuese una puta mierda muy posiblemente no estaría ahora recorriendo los pasillos de ese centro de tortura controlada.
-Bueno majo, ¿qué querías depilarte?
Los pequeños seres que habitan dentro de mí gritaban a coro: ¡¡GA-LLE-GADA, GA-LLE-GADA!!
No es momento chicos... aunque desde luego que sería divertido... doloroso pero divertido.
-Pues esta hermosa mata de pelo que corona mi espalda y mis hombros, que aunque ya le tengo cariño la sociedad superficial de hoy ha abierto una brecha en nuestra relación que...
-Vale, pues te quitas la camiseta y te tumbas boca abajo en la camilla que yo vengo ahora.
A mí en estas situaciones siempre me dan ganas de decir algo, y es que las obviedades obvias me tocan los huevos, también es cierto que por tal como es nuestra sociedad y la forma en que se relaciona hay veces en que sin alternativa alguna parece que estamos recitando algún cántico religioso, cuántas frases soltamos al día amiguitos míos que no dicen absolutamente nada... pero bueno, tampoco era plan soltarle:
-Manda huevos! pues chica, yo que estaba convencido de que para depilarme la espalda tenía que ponerme un jersey de lana bien abrigoso y tumbarme boca arriba cual tortuguita intentando darse la vuelta mientras menea las patitas y la colita...
Obediente como soy me despojo de mis modernas vestiduras, meto mano en todos los cacharros y recipientes de la habitación y me tumbo presuroso antes de que me pille haciendo el gamba. Llega Alejandra, que así se llama (mira, otra obviedad!), y me empieza a contar su vida o no se que cojones de historias... chica, ¿a qué hemos venido aquí? ¿a sufrir no? pues dale candela.
Con una maquinita muy chula me va echando la cera, duele un poco, me pregunta si me tira mucho a lo que yo contesto todo ilusionado: -casiná. Y es que pensaba yo, si esto duele es porque la cera está tirando, seguro que a medida que la va soltando también la recoge y a mis hermosos pelillos con ella... pues no. Se retira y coge una sábana de papel, la pone sobre mi lomo... me da que ahora va a venir la historia esa del dolor... Zaaaas!!



Chicos, la depilación duele, no tanto como sacudirse el pito después de mear (venga, entre todos podremos convencerlas) pero si duele, si.
Mi querida Alejandra me dice:
-Al ser la primera vez te dolerá mas, pero estas aguantando muy bien eh?, mas de uno ya estaría ahora subiéndose por las paredes.
Los gritos de mis amiguitos interiores no me permitían oírla, en mi cabeza solo había dos palabras: “PATADA VOLADORA”
Perdona Alejandra, perdona por que te odié profundamente, mientras tú desempeñabas tu trabajo y, en cierto modo, compartías mi dolor, yo solo pensaba en arrancarte la cabeza a puñetazos, lo siento de veras, pero el ser humano no está diseñado para comprender que un semejante le cause dolor así, por las buenas.
Es justo decir que la chica se esfuerza en hablar, como intentando hacer parecer semejante acto de salvajismo algo natural:
-¿Oye vamos a tomar un café o te arranco la piel a tiras?
-Uy no, café no que luego no duermo.

Yo con toda la educación del mundo ante una de sus preguntas le dije.
-Mira Alejandra, ya ves que no me estoy quejando ni me voy a quejar, pero no esperes que hable.
-Vale, no pasa nada, es que te veía tan entero.
-No

Siguió hablándome de forma muy agradable y cariñosa, cosa que ahora le agradezco enormemente siendo consciente de que es todo lo que podría haber hecho por hacer mas llevadero mi dolor, y en un periquete acabó con todos esos pelos que hacían difícil saber si en la playa iba o venía.

Cual perrillo apaleado recuperé mis vestiduras, y pagué el servicio, eran 12 euros pero como los lunes y los martes tienen 25% de descuento pues quedan en 9, (Que barato no?) yo la verdad es que sólo quería irme de allí a refugiarme en brazos de mi madre para que me diera besitos, así que aunque me hubiese dicho 500 euros habría dibujado una sonrisa en la boca y me habría ido de igual modo.

Ya en casa, desaparecido el dolor y con algo de tiempo aún, me dí una ducha para refrescar mi costillar; y, guillete en mano, me dediqué a perfilar alguna que otra zona que despertaba mi curiosidad. No nos meteremos en detalles, simplemente decir que sigo mi camino para el casting de “600” a ver que sale de ahí.

De momento os comento la increíble sensación de sensibilidad que tengo ahora en la espalda y partes afectadas, incluso al principio hasta se me hacía desagradable, algo parecido a cuando una camiseta mojada se te pega a la piel. Todo un nuevo mundo se abre hoy ante mí, eso sí, estoy pasando un frío de mil pares... en fín... wakamongui.