Para ponernos en situación decir que llevo casi tres meses sin usar calcetines ni calzoncillos, son prendas que nunca me han gustado, y como aquí no me han hecho falta pues de puta madre.
¿Que sucede? que en Melbourne hace frío, por lo que hay que usar pantalones de verdad, y esos se acostumbran a acompañar del calzoncillos, yo por mí tampoco los usaba pero bueno, por el qué dirán.
Claro, toda la zona sensible no está acostumbrada a verse empaquetada, así que hoy cuando he llegado de pegarme una buena caminata, unos siete kilómetros callejeando, que se dice pronto, tenía una presión en la cojonera como bastante molesta.
Me he ido directo a la habitación y, maravilla, no había nadie. Puta madre. Me planto en frente de mi litera con la inteción de cambiarme de ropa y en el momento de transición entre quitarme el conjunto pantalón-gayumbo (por supuesto eso va junto) y ponerme un pantalón ligerito que uso de pijama pues la mano se me va al ciruelo. Y ya que está ahí pues masajeo un poco la zona afectada. Ooooooooooohhhhhh, jodeeeer, qué gustazo, los huevos todos pegaos como en un paquetito, tiro de ellos para que recuperen su posición habitual, pendulona, el ciruelo lo mismo.... ooooohhhh pfffff, esto es como rascarse cuando te ha picado un mosquito, que gustera, que delicia, y te recreas, qué coño, es tu paquete... y cambias de mano, oooohhhhhh joder.
En esto me doy cuenta de un detalle, frente a la litera hay una ventana, pero tiene la persiana bajada, no pasa nada, bueno, bajada hasta lo que me deja ver la litera de arriba... me agacho y veo que la cortina solo esta bajada hasta el colchón de la litera de arriba, lo que yo veía estando erguido. Lo bonito del asunto es que la ventana da a la cocina del hostel, donde hay unas diez personas cocinando o cenando. Cuando me agacho y miro a través de la ventana sólo me falta saludar a la afición... haciento amigos que le llaman.
Ubicación:Faraday St,Carlton,Australia
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